Han pasado ya casi 10 años desde que vimos por última vez una entrega en la saga Dragon Age, y honestamente, muchos esperábamos este regreso. La expectativa era grande, no solo por el tiempo transcurrido, sino también por las huellas que dejaron los títulos anteriores de la serie. Dragon Age: The Veilguard llega como una secuela audaz, que busca renovar la fórmula mientras mantiene los pilares que hicieron famosa a la franquicia: una rica narrativa, personajes complejos, elecciones significativas y un mundo de fantasía detallado. Sin embargo, no todo en esta nueva entrega resulta exactamente como esperábamos.
Un regreso épico
The Veilguard es un juego cargado de acción. La narrativa se mueve rápidamente entre peleas intensas y decisiones estratégicas, lo que deja poco espacio para la calma que a veces se espera en los RPGs tradicionales. Si eres un fan de los juegos de rol clásicos, como los primeros Dragon Age o Baldur’s Gate, puede que extrañes ese ritmo pausado, donde la exploración, la interacción con los NPCs y las decisiones pesaban mucho más en la jugabilidad. A pesar de ello, The Veilguard ofrece una experiencia más dinámica que se aleja de la estructura clásica del RPG, pero aún conserva algunos elementos que nos conectan con esa esencia, especialmente en lo relacionado con las misiones secundarias y la personalización de personajes.
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Creación de personajes
Uno de los aspectos más destacados de este juego es, sin lugar a dudas, la creación de personajes. En lo personal, siempre he disfrutado mucho de la posibilidad de dar forma a mi protagonista y ver cómo esas decisiones influyen en la historia. Aquí, The Veilguard brilla con un sistema robusto que permite personalizar no solo el aspecto físico, sino también su clase y habilidades. Si eres un fanático de los RPGs, este es un aspecto que, sin duda, te mantendrá enganchado durante horas, permitiéndote experimentar con diferentes combinaciones y enfoques para afrontar los desafíos del juego.
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Misiones secundarias
Otro punto a favor son las misiones secundarias. Si bien la trama principal de The Veilguard es absorbente y bien desarrollada, las misiones secundarias realmente destacan por su creatividad. Cada una te lleva a explorar nuevas facetas del mundo de Thedas, y muchas de ellas están profundamente ligadas a la historia personal de los compañeros. Algunas misiones secundarias están tan bien construidas que, a veces, desearás que fueran la parte principal de la historia. En cuanto a la exploración, los niveles son vastos y están llenos de detalles, ofreciendo una experiencia gratificante a medida que avanzas. Los escenarios son variados y bellamente diseñados, desde bosques encantados hasta las profundidades de antiguas ruinas élficas.
En cuanto al diseño de los niveles, debo decir que la estructura del mundo en The Veilguard se siente muy fluida, pero las áreas que exploras son lo suficientemente grandes y variadas como para mantener el interés. Las zonas no solo están bien diseñadas, sino que también están llenas de secretos por descubrir, algo fundamental en cualquier buen RPG. Sin embargo, una pequeña decepción es que solo manejas un personaje durante todo el juego, lo que limita las posibilidades de experimentar diferentes estilos de juego a través de personajes adicionales, algo que en entregas pasadas era una de las características más atractivas.
Combate y dificultad
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En cuanto al combate, The Veilguard se aleja un poco de la complejidad táctica que definió a Dragon Age, inclinándose más hacia un sistema más directo y fluido. A pesar de ello, el combate no deja de ser entretenido, y tiene cierto nivel de profundidad que requiere de estrategia, especialmente en las batallas contra los jefes y en el uso de habilidades de tus compañeros. Sin embargo, personalmente sentí que la dificultad no era tan desafiante como esperaba. Los enemigos no parecen tener habilidades tan únicas ni presentan tanto desafío como para obligarnos a encontrar una fórmula especial para derrotarlos. Si bien algunos combates pueden ser complicados, no hay muchos momentos donde se sienta que estamos al borde de la derrota, lo cual puede ser un poco frustrante para los que buscan un desafío real.
Gráficos y rendimiento
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Pasando a los aspectos técnicos, tuve la oportunidad de jugar The Veilguard en PlayStation 5, y visualmente, el juego es impresionante. Los entornos, desde las ciudades bulliciosas hasta los paisajes más remotos y salvajes, son detallados y hermosos. Los modelos de personajes son muy buenos, aunque, en ocasiones, pueden sentirse un poco "livianos" en comparación con el tono serio de la historia. A pesar de eso, la atmósfera general se mantiene consistente, y los efectos visuales y de iluminación son de primer nivel. Es innegable que la calidad gráfica es uno de los puntos fuertes de esta entrega, lo que se complementa con un rendimiento muy bien equilibrado.
A nivel de rendimiento, el juego está optimizado de forma excelente. No experimenté caídas de framerate ni bugs graves durante mis horas de juego, lo que es un alivio, sobre todo considerando lo que hemos visto en otros títulos recientes. Además, The Veilguard ofrece soporte completo para subtítulos en español, lo que es un plus para los jugadores que prefieren disfrutar del juego en su idioma nativo.
Una propuesta accesible
A pesar de que The Veilguard sigue siendo un RPG en muchos de sus aspectos, este título parece estar diseñado para atraer a un público más amplio. La acción rápida y las decisiones accesibles hacen que sea un juego perfecto para quienes están buscando una experiencia inmersiva en el mundo de Thedas, pero sin la curva de aprendizaje empinada que suelen tener los RPGs más tradicionales. Esto hace que el título sea perfecto para un nuevo público que busque una buena entrada al universo de Dragon Age, sin perderse en las complejidades que hicieron a los primeros juegos tan intensos.
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Conclusión
Dragon Age: The Veilguard es un título que, aunque se aleja un poco de los cánones tradicionales de la serie, no deja de ser un juego entretenido y atractivo. Con una narrativa interesante, un sistema de creación de personajes muy sólido y un combate dinámico, logra captar la atención de los fanáticos de los RPGs y ofrecer algo accesible a los nuevos jugadores. Es cierto que algunos elementos, como la falta de dificultad en los enemigos o el hecho de que solo manejas un personaje, pueden ser decepcionantes para los puristas del género. Sin embargo, el juego cumple con creces en términos de historia, diseño de niveles y gráficos, y logra mantener la esencia de Dragon Age mientras adapta elementos para mantenerse relevante en la actualidad.
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Si bien no es un título que revolucionará el género ni quedará grabado en la historia como una de las grandes entregas de los RPGs, The Veilguard es, sin duda, una entrega sólida que gustará a quienes busquen una buena aventura en un mundo rico y vibrante.
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