El antioqueño, Fernando Botero, falleció a sus 91 años en Mónaco, donde pasó sus últimos años, y donde hace pocos días desarrolló una pulmonía.
“Lo más terrible de la idea de la muerte para un artista es saber que no podrá pintar más. Yo quiero morir como Picasso, que a los 93 años, después de pintar un cuadro -malísimo como los que hacía al final-, se fue a cepillarse los dientes a las dos de la mañana y cayó muerto. Los pintores nunca nos jubilamos”, dijo el maestro en el 2006 en la revista Diners.
Por ese motivo y por su talento con las famosas pinturas y esculturas gruesas y grandes, Volk le rinde homenaje colocando algunas de sus obras más famosas en un museo al interior del videojuego de Microsoft, Minecraft.