El campo magnético de la Tierra, una barrera invisible que nos protege de la radiación solar y las partículas cósmicas, ha sido objeto de fascinación y estudio durante décadas. Recientemente, un equipo de científicos de la Universidad Técnica de Dinamarca (DTU) ha logrado convertir las señales electromagnéticas del campo magnético en sonido audible, revelando un paisaje sonoro tan impresionante como inquietante.
El campo magnético de la Tierra es generado por el movimiento de hierro fundido en el núcleo externo de la Tierra. Este movimiento crea corrientes eléctricas, que a su vez generan el campo magnético.
Este escudo magnético es crucial para la vida en la Tierra, ya que desvía la mayor parte del viento solar, una corriente de partículas cargadas emitidas por el Sol, y protege la atmósfera de la erosión. Sin este campo, la radiación solar podría despojar a la Tierra de su atmósfera, dejando el planeta expuesto a niveles letales de radiación.
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La misión Swarm y la conversión de datos en sonido
La investigación de la DTU se basa en datos recopilados por la misión Swarm de la Agencia Espacial Europea (ESA). Swarm es un conjunto de tres satélites lanzados en 2013, diseñados para medir con precisión las señales magnéticas de la Tierra. Estos satélites están equipados con magnetómetros y otros sensores que permiten a los científicos mapear el campo magnético con un detalle sin precedentes.
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Utilizando los datos de Swarm, los investigadores de la DTU, en colaboración con el músico Klaus Nielsen, han transformado las señales electromagnéticas en sonido. Este proceso, conocido como sonificación, implica convertir datos en frecuencias audibles. El resultado es un paisaje sonoro que incluye crujidos, golpes y sonidos guturales, que evocan la imagen de una bestia eónica.
El sonido resultante de la sonificación del campo magnético es tanto fascinante como perturbador. Los investigadores describen el audio como un coro de crujidos y golpes, que parece provenir de las profundidades de la Tierra. Este sonido no es constante, sino que varía en intensidad y tono, reflejando las fluctuaciones en el campo magnético causadas por las tormentas solares y otros fenómenos espaciales.
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Para llevar esta experiencia auditiva al público, los científicos han colaborado con artistas para crear instalaciones sonoras en ciudades como Copenhague. Durante una semana, los visitantes pudieron escuchar el sonido del campo magnético en altavoces instalados en la ciudad, proporcionando una experiencia inmersiva que combina ciencia y arte.
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La conversión de datos del campo magnético en sonido no solo tiene un valor educativo y artístico, sino que también puede tener aplicaciones prácticas. Por ejemplo, la sonificación de datos puede ayudar a los científicos a identificar patrones y anomalías en el campo magnético que podrían no ser evidentes en los gráficos tradicionales.
Además, esta técnica podría utilizarse para monitorear el estado del campo magnético en tiempo real, proporcionando alertas tempranas sobre tormentas solares que podrían afectar las comunicaciones y las redes eléctricas en la Tierra.