La innovación nunca se detiene en el imperio de Elon Musk, y esta vez, el magnate se prepara para dar un paso histórico con su empresa Neuralink Corp. Fundada en 2016, esta compañía estadounidense ha estado trabajando arduamente en el desarrollo de interfaces cerebro-computadora (BCI), dispositivos que permiten la comunicación directa entre el cerebro humano y una computadora. Esta tecnología promete mejorar la vida de millones de personas que sufren de parálisis, derrames cerebrales, esclerosis lateral amiotrófica y otros problemas neurológicos.
La novedad más reciente es que Neuralink está lista para llevar a cabo su primera prueba clínica con un implante cerebral revolucionario. Este proceso implica la extracción de una parte del cráneo por un cirujano, permitiendo que un robot inserte electrodos y cables ultrafinos directamente en el cerebro del paciente. Este dispositivo, del tamaño de una moneda, tiene el potencial de leer y analizar la actividad cerebral de la persona y enviar esa información de manera inalámbrica a un portátil o una tableta cercana.
El voluntario ideal para esta prueba clínica sería un adulto menor de 40 años con las cuatro extremidades paralizadas. Estos criterios se basan en la necesidad de garantizar la seguridad y eficacia de esta tecnología, ya que las personas con parálisis son las que más se beneficiarían de un implante cerebral que les permita controlar dispositivos electrónicos con sus pensamientos. Además, las personas menores de 40 años tienen más probabilidades de recuperarse de la cirugía y adaptarse a la nueva tecnología, y aquellas con las cuatro extremidades paralizadas tienen menos opciones de tratamiento disponibles.
La misión de Neuralink es demostrar que es posible recolectar datos útiles de manera segura a partir del córtex pre-motor del paciente y convertir los pensamientos de una persona en una serie de comandos que una computadora pueda interpretar. Este avance se suma a otros desarrollos en el campo de los implantes cerebrales que permiten a los pacientes realizar tareas básicas con sus pensamientos, como hacer clic en objetos en una pantalla con un cursor.
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Sin embargo, Neuralink no está sola en esta carrera. Compite con otras dos compañías, Synchron y Onward, que ya tienen más de un año de ventaja en ensayos clínicos con implantes cerebrales y tecnología relacionada. La atención en torno a Neuralink es abrumadora, pero también hay cierto escepticismo sobre la conveniencia de que Elon Musk, conocido por su personalidad controvertida, esté al frente del desarrollo de dispositivos de control mental. Algunos se preguntan si la tecnología puede estar sujeta a un calendario apresurado.
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A pesar de las preocupaciones, el ensayo de Neuralink genera expectativas enormes. Si el producto funciona según lo previsto, podría marcar un hito en la mejora de la calidad de vida de aquellos que luchan contra enfermedades neurológicas y discapacidades. Además, Neuralink ha realizado avances significativos en la tecnología de implantes cerebrales, con dispositivos que cuentan con más de mil electrodos para recoger datos cerebrales, en comparación con los 16 de los dispositivos competidores.
El enfoque de Elon Musk y su equipo va más allá de la innovación médica. Han transformado un antiguo bar de lanzamiento de hachas en Austin en una línea de producción de implantes de 1,115 metros cuadrados y un centro de pruebas. Musk, conocido por su insistencia en traer manufacturas esenciales a sus propias instalaciones, incluso produce sus propios semiconductores, algo extremadamente raro en el negocio de dispositivos médicos. Este enfoque en la producción interna y el deseo de acelerar el proceso han llevado a desafíos, ya que se busca que el robot pueda realizar la cirugía en menos tiempo y sin la necesidad de un cirujano humano.
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Los científicos que trabajan en Neuralink están conscientes de la brecha entre las demandas de Musk y las capacidades actuales del hardware, pero el respaldo del magnate les da confianza en que sus peticiones son alcanzables. A largo plazo, Neuralink tiene como objetivo hacer que esta tecnología esté disponible para miles de millones de personas y superar las capacidades biológicas. A pesar de la competencia, la visión de Neuralink se centra en crear un computador generalizado dentro del cerebro, lo que podría tener un impacto transformador en la vida de las personas.