¿Sabe qué es nomofobia? Es el miedo irracional a estar sin un teléfono celular, lo que la ubica como una adicción a las pantallas. Según los expertos, cada vez es más común entre los adolescentes. Como las drogas o el alcohol, la nomofobia puede generar grandes problemas. Séptimo Día conoció varias historias en las que, sin saberlo, habrían permitido que sus hijos cayeran en esta adicción y las cuales tuvieron fatales resultados.
Una de ellas, es la familia Soto Navarro, en Sahagún, Córdoba, donde la joven Dayana Navarro no habría sido capaz de despegarse de su teléfono celular. Según su familia, descuidó sus estudios y pasó muchas noches sin dormir. Para los especialistas, estas eran claras señales que indicaban que ella era adicta, pero cuando sus padres la descubrieron, ya era muy tarde.
"Dayana era una niña muy especial, en el sentido que era una niña tranquila”. Dayana Navarro era una niña muy atenta y entregada a su familia. “Era una niña que le gustaba ayudarme en todo y era una niña que se conformaba con lo que uno le pudiera brindar, era una niña cariñosa, tierna”. Creció junto a su mamá y su padrastro.
“Yo la conocí como una niña muy respetuosa, muy agradable, a ella le gustaban hacer muchas cositas, actividades y todo eso y ahora en el colegio era una niña bastante respetuosa, juiciosa”. Dayana era la mayor de tres hermanos, alegre y con un enorme instinto maternal, pero además de ayudar a cuidar a sus hermanos, era la confidente perfecta de su mamá. “Dayana más que mi hija era mi confidente, mi compañera. Yo la tuve a ella a los 17 años y ella creció rapidito”.
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Eran días buenos para la familia Soto Navarro, en Sahagún, Córdoba, pero lejos estaban de imaginarse que la llegada de la pandemia en el año 2020 transformaría sus vidas para siempre. “Yo digo que todo fue como que, en el momento de la pandemia, porque ahí fue donde nos cambió la vida todos”. “Nos tuvimos que ir de aquí de Sahagún a una vereda, porque aquí está todo más difícil, allá nos estaba yendo mejor”.
Justo antes de la pandemia Dayana recibió un regalo. “Convenció a mi papá que le comprara el celular, mi papá le compró el celular nuevo, pero ya un tiempito después... le dijimos que estuviera pendiente de los estudios”. El confinamiento y estar lejos de sus amigos provocaron que Dayana terminara refugiándose en su celular.
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“¿En qué momento siento usted que comenzó toda esta situación? Mi esposo sí me decía ‘Kelly, pendiente que Dayana se está durmiendo muy tarde con el celular porque siempre cuando se acostaba veía que escondía el celular”.
Los días siguientes no fueron distintos, Dayana no mostraba mejoría en sus estudios, “¿qué pasó ese día, ese 7 de septiembre? Yo le llamé la atención, yo me puse a llorar, tú por qué me haces esto, yo le dije hasta palabras fuerte a ella”. “La mamá le quitó el celular de ella que era propio de ella y en eso se sintió mal”. La decisión de quitarle el celular a su hija generó en Dayana una reacción silenciosa.
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