Durante mucho tiempo, Rosalba Marín y Maricela, madre e hija, vivieron como inquilinas en diferentes ciudades de Colombia. Se ganaban la confianza de personas amables que las acogían, creyendo que encontraban en ellas arrendatarias ideales. Sin embargo, lo que parecía una amistad sincera y la oportunidad de ayudar a alguien, pronto se convertía en una pesadilla para las familias a las que llegaban. Las mujeres son señalas de homicidios y desapariciones. Séptimo Día investigó las denuncias en el 2021.
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Desapariciones en serie
El drama comenzó el 1 de diciembre de 2018, cuando Danna Guadalupe Vera, una bebé de un año y medio, desapareció de su casa en el sur de Bogotá. Andrea Vera, madre de la pequeña, sospechó de Rosalba Marín, quien vivía en su hogar y fue la última persona en verla. La mujer afirmaba desconocer el paradero de Danna y daba explicaciones que no convencían. Días después, Rosalba y Maricela desaparecieron sin previo aviso. Andrea y las autoridades no lograron rastrearlas hasta el 2020, cuando su nombre apareció ligado a otro caso en Armenia.
La tragedia se repite en Armenia
En 2020, Rosalba y Maricela se encontraban en Armenia, hospedadas en casa de Betty Vallejo. La historia fue similar: las dos mujeres se ganaron la confianza de Betty, quien desapareció misteriosamente el 8 de septiembre de ese año. Cuando sus hijas, Claudia y Zoraida, fueron a buscarla, notaron algo inquietante: Rosalba vestía la pijama de su madre y decía que Betty se había marchado, aunque antes de irse supuestamente les había regalado gran parte de sus pertenencias personales. La versión levantó sospechas, y las hijas de Betty desconfiaron de ella.
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La víctima que sobrevivió para contar su historia
El nombre de Rosalba volvió a sonar cuando, en noviembre de 2020, una mujer de 85 años, Flor Alba González, denunció un ataque en su contra en el municipio de Zarzal, en el Valle del Cauca. Flor Alba contó que conoció a Rosalba semanas antes y le arrendó una habitación en su casa. Todo parecía normal hasta que, una mañana, Rosalba la atacó violentamente. En ese momento, la hija de Flor Alba llegó y, al ver la situación, la inquilina escapó. Este ataque activó una alerta y motivó una investigación más exhaustiva sobre los vínculos de las mujeres con otras desapariciones.
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Captura y confesión
Tras una intensa búsqueda, Rosalba fue finalmente capturada el 3 de diciembre de 2020 en Caldas. Durante los interrogatorios, habría confesado lo que, según ella, ocurrió con la bebé Danna: habría acabado con su vida y arrojado el cuerpo a un caño, tras intentar extorsionar a Andrea, su madre, sin éxito. Su hija Maricela fue capturada poco después en Pereira. Rosalba también confesó detalles sobre la desaparición de Betty Vallejo, señalando que sepultó su cuerpo en un lote cercano a su casa en Armenia.
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Justicia para las familias
Luego de meses de investigaciones, Rosalba aceptó su responsabilidad en el asesinato de Betty Vallejo y firmó un preacuerdo que le impuso una condena de 17 años y 9 meses de prisión por los delitos de desaparición forzada y homicidio agravado. Maricela, en cambio, se declaró inocente y enfrentará un juicio para demostrarlo.
Aunque la sentencia de Rosalba representa un paso importante, las familias de los otros casos siguen buscando respuestas y justicia. Las autoridades sospechan que madre e hija podrían estar involucradas en otros crímenes que no han sido denunciados.
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La condena de Rosalba Marín dio un alivio parcial a la familia de Betty Vallejo, quienes aseguraron en Séptimo Día no estar de acuerdo con la pena impuesta.
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