En esta investigación conocerá cómo la influencia de las redes sociales en los jóvenes, por temas de aspecto y apariencia física, logra cautivar cada vez más la atención y el deseo de los adolescentes por alcanzar el cuerpo perfecto que con frecuencia exhiben modelos, cantantes y actrices de todo el mundo, a través de sus redes sociales, pero que, al no obtener dichos resultados, entran en cuadros depresivos, y en el peor de los casos, toman la decisión de quitarse la vida. Séptimo Día conoció casos reales que evidencian esta problemática. Así mismo, consultó con expertos que analizarán el fenómeno que se presenta en Colombia, un tema que no solo está deteriorando la salud mental de las adolescentes, sino que también les está arrebatando la vida, por el sueño de poseer una belleza falsa.
Como los otros casos de adolescentes presentados en esta investigación de Séptimo Día, la universitaria Juana Díaz, de 20 años, también cuenta que se embarcó en una carrera desesperada por alcanzar el cuerpo ideal, hasta llegar a peligrosos extremos, pero hace un año, cuenta, logró escapar del abismo gracias a la ayuda que recibió. En el caso de Juana, el apoyo profesional fue determinante por eso expertos advierten que el sistema de salud colombiano debe mejorar en la prevención de estos casos.
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Como habría ocurrido en zona rural del Quindío con la adolescente Daniela Espinosa, quien según sus familiares falleció sin haber recibido una atención psicológica. Por su parte, Olga Lucía Velázquez, representante a la Cámara por el Partido Verde, hace un llamado desde el Congreso: “son vidas que se perdieron, pero que se podían prevenir porque el suicidio es una conducta prevenible. Nos falta un sistema de salud mental dentro del sistema de salud, hoy una persona para acceder a una cita en salud mental, en psicología, se demora fácilmente entre seis meses y un año”.
¿Pero qué responde la máxima autoridad de salud en el país frente a estas barreras? Vivían Giselle Moreno es la coordinadora del grupo de salud mental del Ministerio: “cuando el padre de familia tiene una escucha activa de su hijo y logre identificar esos factores de riesgo a priori seguramente va a poder acudir al sistema por cualquiera de los de los accesos que tenga, porque seguramente si apenas están y dándose la ideación y lo identificamos a tiempo lo podemos canalizar y gestionar de una forma diferente. La respuesta inmediata de decir que mañana vamos a tener la oportunidad de atención en la consulta a un día o de manera inmediata no es posible darla en ese sentido porque eso requiere de muchos ajustes de un sistema que ha venido con algunas falencias y que por eso justamente hay que reformar”.
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Mientras se dan estos cambios, expertos advierten que se debe reducir la gran brecha que hay entre padres que pocos saben de redes y adolescentes que navegan sin ningún tipo de supervisión. El argentino Maximiliano Cantis es especialista en ciberseguridad: “muchos padres aún están en una vida más analógica y no tan digital. Es muy sano que los padres acepten que les falta conocer y pongan sobre la mesa este tipo de diálogos para este que los chicos sepan que los padres están ahí cerca".
Las familias de estos casos hubieran querido conocer a tiempo el peligro que enfrentaban sus hijas en un universo tan hostil como el de las redes sociales. Si tan solo ellas hubiesen entendido que esa efímera perfección que la hace acorralaba con cada clic, no era real y que la verdadera belleza no estaba detrás de una pantalla, sino allí, frente a sus ojos.