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Muchas personas optan por automedicarse en droguerías en lugar de acudir a hospitales, lo que puede llegar a ser tan peligroso que varios pacientes hasta han perdido la vida. Séptimo Día conoció algunos casos de familias que enfrentaron graves consecuencias por esta decisión.
Entre los testimonios que recogió Séptimo Día están los de dos madres que viven en Valledupar, no se conocen entre sí, pero comparten un mismo drama que surgió tras llevar a sus hijas a una droguería.
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Adriana Julio y Luis Barbosa, padres de Celeste, una bebé de 14 meses de nacida, contaron que el 17 de noviembre del 2024 tomaron la decisión de ir a la droguería Malecón No. 2, en Valledupar, porque la pequeña presentaba síntomas de gripa y tenía la nariz tapada.
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Según el relato de Adriana, en la droguería una mujer - identificada como Patricia Gómez – le recetó un remedio para la pequeña Celeste y le dijo que esa inyección le serviría “para sacar el moquito y sanarla”. Sin embargo, contrario a lo que buscaban, a los pocos minutos comenzaron a vivir un drama inimaginado.
“Después de que le ponen la inyección, ella se relaja, ella se queda quietecita. Yo le digo al papá ‘como que le sirvió la inyección, porque se quedó quietecita, se quedó como bobita’. Yo creía que ella estaba era dormida”, contó Adriana.
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Pese a lo que creía la mamá de Celeste, el estado de la niña era más bien un signo de que lo peor estaba por pasar: el papá notó que la pequeña estaba desmayada, con la cara, las manos y los pies morados, por lo que corrieron al Hospital Nevada de Valledupar, pero al llegar allí ya había fallecido.
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Infortunadamente, ya había un caso similar en esta ciudad, pero pocos lo conocían. En 2019, Daniela Rodríguez llevó a su hija Samantha Torres, de 11 meses de nacida, a una droguería antes que a un hospital y las secuelas fueron terribles.
La droguería a la que Daniela llevó a su pequeña fue Malecón No. 1, cuya propietaria y encargada de la atención fue María Cristina Gómez, mamá de Patricia Gómez, quien recetó a la otra niña en la farmacia Malecón No. 2.
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Allí, a Samantha, la hija de Daniela, le aplicaron el mismo medicamento que años más tarde le causó la muerte a Celeste, la bebé de Luis y Adriana. Aunque en el caso de 2019 la niña no presentó síntomas de alerta en los primeros días, luego se dieron cuenta de que tenía una extraña inflamación en la pierna en la que fue inyectada y tuvieron que llevarla a la clínica.
Tras las revisiones médicas, determinaron que la menor tenía un absceso en la pierna y tenían que operar de urgencia, pues podría perder la extremidad debido a que el líquido que le inyectaron no se había esparcido. Por fortuna para Samantha y su familia, la infección fue detectada a tiempo y el tratamiento funcionó sin mayores complicaciones.
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Según las denuncias que conoció Séptimo Día, en las droguerías Malecón No. 1 y Malecón No. 2 cometieron el error de aplicarles a Celeste y Samantha Lincomicina, un medicamento que no está indicado para menores de edad, y, además, las inyecciones las aplicaron en la cola, cuando a los bebés se les debe inyectar en el hombro, pues en los glúteos no hay suficiente músculo y se corre el riesgo de golpear un nervio o un vaso sanguíneo.
Después de la tragedia en la que murió Celeste, funcionarios de la Secretaría de Salud del Cesar hicieron hallazgos alarmantes en la droguería Malecón 2: medicamentos vencidos, medicamentos de uso institucional que no deben ser vendidos y que la farmacia no estaba inscrita ante las autoridades.
Infortunadamente, a hoy los padres de Celeste y Samantha no han recibido ninguna respuesta por parte de las encargadas de la droguería.
Séptimo Día intentó hablar con María Cristina y Patricia Gómez, propietarias de las droguerías Malecón 1 y 2, pero ambas señalaron que los hechos estaban en manos de las autoridades y sus abogados y no se pronunciaron al respecto. En medio de la investigación, ambos locales fueron cerrados, mientras las familias de las menores de edad siguen esperando respuestas.