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Son millones los colombianos que sueñan con tener su vivienda propia. Muchos de ellos se convierten en presa fácil para personas inescrupulosas que buscan quitarles los ahorros de su vida con la promesa falsa de ayudarlos a cumplir su sueño.
Séptimo Día conoció las denuncias de diferentes familias en Santander que aseguran haber sido estafadas por corporaciones o asociaciones que aseguran que trabajan de la mano con organizaciones sin ánimo de lucro y que podrían subsidiarlos para lograr grandes proyectos de vivienda.
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En Socorro, Santander, varias familias creyeron en Mireya Bayona y la oferta de lotes con la que llegó a sus casas. Todo comenzó a mediados de 2015, cuando esta mujer empezó a ofrecer en el sector un proyecto de vivienda llamado ‘Crecer con amor en el mundo del campo’. Los terrenos, mencionados en sus presentaciones, estaban en los municipios de Charalá, Valle de San José y Mogotes.
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Roque Martínez y Luis Pinto son dos campesinos santandereanos que creyeron en las promesas de esta mujer. “Nos dijo que nos podía ayudar, que nos iba a parcelar una finca, que nos vinculáramos con ella”, aseguró Martínez. A ellos se sumaron Carlos Figueroa, Claudia Garcés, Benito Santos, Elesaid Aguado y Julián Hernández, otros trabajadores con el mismo anhelo.
La idea de dejar de pagar arriendo y tener una casa propia en un terreno privilegiado en el campo emocionó a los campesinos y a sus familias, llegando así a más personas interesadas en adquirir los predios. Todos aseguraron que no solo confiaron en la mujer, sino en las empresas que aparecían como aseguradoras del proyecto.
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“Mencionaban de 10 hectáreas propias en el proyecto, una casa campestre, 70 mil matas de café, todo ya construido y había empleo para todos los afiliados. A mí me impresionó eso y me ilusioné”, resaltó el taxista Benito Santos.
Los agricultores Elesaid Aguado y Julián Hernández, por ejemplo, le pagaron en un primer momento un aporte inicial de $1’917.000 a Bayona para asegurar su cupo como afiliados al proyecto. Así también les pasó a los demás denunciantes, quienes sintieron presión por parte de la mujer ante la supuesta limitada cantidad de cupos que le quedaban para realizar la inversión.
Lo que más reforzaba el proyecto es que Mireya Bayona aseguraba que tenía una fundación que iba a apoyar con donaciones la construcción de estas casas. Además, decía que se había reunido con el presidente de ese entonces, Iván Duque, y que contaba con una millonaria inversión del Estado.
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Pero con el paso del tiempo empezaron a aparecer problemas y molestias entre los afiliados, quienes no entendían por qué el proyecto se retrasaba. Primero les habían asegurado que al año les entregarían sus viviendas, tiempo que no se cumplió y se terminó transformando en varios años de espera. Por este motivo ellos han asumido que los estafaron y varios han denunciado a Mireya Bayona como responsable.
Cuando algunos empezaron a manifestar sus molestias e inconformismos, la mujer los expulsó de la asociación y vendió nuevamente sus cupos a otras personas. “Me quedé sin plata, sin el terreno, sin la promesa y me quedé endeudado”, asegura Roque Martínez.
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“Yo después de tener mi carro y mi finca, quedar sin nada es muy duro ... Es una señora muy tráfuga, ladrona, sin el temor de equivocarme porque lo estoy viviendo en carne propia. Se valió de mi inocencia”, cuenta el campesino Luis Pinto, quien le vendió a Bayona la mitad de su finca, herencia de sus padres, ya que hacía parte del terreno que sería del proyecto.
Séptimo Día buscó a Mireya Bayona, quien tiene su oficina en Socorro, Santander, para conocer sus explicaciones sobre las quejas y reclamos por el dinero de los asociados y los nulos avances del proyecto que ella promociona.
“El proyecto como tal no es que hay terrenos, es un proyecto que ya se elaboró y ahora se están buscando los recursos para ejecutar el proyecto como tal, estamos buscando con diferentes entidades de las embajadas internacionales”, responde la mujer cuando se le pregunta por ‘Crecer con amor en el mundo del campo’ y sobre los retrasos replica que “un proyecto para buscar recursos tiene hasta 10 o 12 años”.
Mireya Bayona también asegura que el dinero que recibió por parte de los aficionados, que fueron más de 200 millones de pesos, “se emplearon para todos los gastos administrativos, como lo establece el estatuto. Es que con $1’917.000 de aporte que hace cada asociado no se puede comprar tierra”.
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De la misma forma, este equipo periodístico contactó con entidades a las que, aparentemente, se ha presentado el proyecto de vivienda y aseguran no conocer a Mireya Bayona. Es el caso de Nilson Vallejo, encargado de proyectos, procesos de vivienda de la Secretaría de Vivienda del departamento de Santander, “casi siempre nosotros tenemos un contacto directo con los municipios, con los alcaldes y secretarías de planeación, quienes presentan los proyectos de vivienda, nunca con este tipo de asociaciones porque sabemos que se presentan este tipo de irregularidades”.
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La promotora del proyecto agrega que actualmente sigue buscando los recursos y gestionando el proceso en diferentes entidades sin ánimo de lucro para iniciar la construcción de los lotes. Añade que “he realizado tres convocatorias para las personas que se quieran retirar y devolverles el dinero como está establecido y nadie se retira”.
Sobre el tiempo que tendrían que esperar los afiliados en este momento para empezar a ver los frutos de su inversión, la mujer nos dijo que “una fecha exacta no puedo darle”. Mientras tanto, decenas de afiliados a este proyecto esperan respuestas sobre su dinero o la casa que les prometieron.