En medio de la preocupación, las lágrimas y la incertidumbre están los familiares de tres colombianos que decidieron dejarlo todo, a sus familias y sus hijos menores, para irse a la guerra de Ucrania, según ellos, por buscar una estabilidad económica para sus hogares, a pesar de estar en el filo de la muerte.
Joan Sebastián, Audel Rojas y Óscar Triana, como otros exmilitares y expolicías, han llegado a Ucrania para luchar por la guerra que viven en el vecino país, Rusia. Las razones no solo se basan por la pasión o el deseo de vivir otras experiencias, sino que van más allá, han encontrado una respuesta para darle un mejor futuro a sus parejas e hijos.
La decisión fue tomada, pese a que no tenían el respaldo de sus familiares. Pues, era evidente el riesgo al que se enfrentaban. Los atractivos salarios que ofrecía el Gobierno de Ucrania llamaban la atención de estos padres de familia, que, como cualquiera, querían sacar adelante su hogar. Ellos aceptaron, sin saber si volverían o no con vida.
Joan y Óscar, sin conocerse, llegaron a la ciudad de Ternópil, en Ucrania, en la primera semana de agosto de 2023, mientras que Audel lo hizo en noviembre del mismo año. Un territorio que ha sido protagonista en esta guerra, al estar ubicado al occidente del país, a la orilla del Río Seret y cerca de las fronteras de Polonia y Rumanía.
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Allí tuvieron todo tipo de pruebas, exámenes médicos para su incorporación y las instrucciones para hacer frente a la guerra. Todo un preparamiento. Mientras desde el otro lado, se encontraban sus familias a la espera de algún comunicado de su parte.
En Colombia sus familias no tienen paz. El chat de WhatsApp ha sido la principal herramienta de comunicación con Ucrania. “Son días difíciles”, señaló Jineth, novia de Joan Sebastián y madre de un pequeño de 3 años, quien después de unos meses, las constantes comunicaciones que tenía con Joan fueron disminuyendo.
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Y así, en medio del desvelo, Gina, esposa de Audel y madre de dos niñas, y Angie Andrea, hermana de Oscar Triana, esperaban atentas al mensaje, llamada, y si era posible, un video de su familiar. No es hasta que un día, Jineth y la hija de Oscar, Nicolle, dejaron de recibir por varias semanas alguna alerta de supervivencia.
El miedo de no volver a ver a sus familiares era latente. Aún esperan una respuesta de Joan y Oscar, con la esperanza de que sigan con vida, aunque sus compañeros de combate han asegurado que el impacto de un misil arrebató sus vidas.
Por otro lado, Gina ya lleva comunicándose con Audel desde hace 5 meses que se fue. Cada combate es una prueba que puede ser mortal. “Amor al trabajo, mi profesión de enfermero la amo, que es salvar vidas”, afirmó Audel. Su familia no para de orar por él, implora que vuelva pronto para volverlo a abrazar, pues temen que su final sea el mismo que tuvieron sus otros dos compañeros. “Dejarlo en manos de Dios, es lo único que uno puede hacer”, mencionó Gina.
Según la Cancillería, hasta comienzos de febrero de 2024, han sido 31 colombianos los que han muerto en la guerra; de ellos, 20 cuerpos ya fueron repatriados, uno más fue enterrado en ese país por petición de su familia, 7 están en proceso de repatriación y los restantes están en investigación.