Un triple homicidio ocurrido en agosto de 2023 en Santa Rosa de Cabal, Risaralda, dejó consternada a toda la comunidad. Tres adultos mayores, Mérida González, Bernardo y Ana Isabel Giraldo, fueron encontrados sin vida en su hogar, un hecho que sorprendió a quienes los conocían, ya que no tenían enemigos ni deudas pendientes. La investigación reveló un patrón aterrador: un asesino en serie que acechaba a los adultos mayores de la región, sembrando el terror en las veredas rurales.
El investigador criminal de la Sijín de Risaralda Elmer Andrade, quien asumió el caso, se trasladó a la vereda La Paloma, a las afueras del municipio, con un equipo de criminalista. “No se sabía el por qué estas personas las habían matado y tan atrozmente, el que menos tenía, tenía 13 puñaladas”, comentó el investigador a Séptimo Día.
Tras la visita de la escena del crimen, para las autoridades aparentemente se trataba un robo y había indicios de un posible sospechoso: “Lo único que se sabía era que había una persona que se hacía pasar por sordomudo. Los vecinos determinaron que era una persona desconocida y que nunca lo habían visto”, reveló el investigador Andrade.
La colaboración de la comunidad resultó crucial. Los residentes proporcionaron detalles que llevaron a la elaboración de un retrato hablado del sospechoso, aunque posteriormente surgieron informaciones que apuntaban a la posible implicación de otro individuo.
Las autoridades buscaban a dos hombres con características muy puntuales. Los retratos hablados eran de conocimiento público, pero la atención se centró particularmente en el primer sospechoso, quien aparentemente era mudo.
Ante la falta de avances significativos, se decidió ofrecer una recompensa para incentivar la cooperación ciudadana. Una llamada anónima proporcionó datos cruciales que llevaron a la identificación del principal sospechoso como Juan Carlos Villa Cardona. Sin embargo, el hombre no era mudo.
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El señalado trabajaba como reciclador y su perfil no parecía ser el de un asesino, adicionalmente, no tendría un motivo claro para realizar los crímenes. Los uniformados de la Sijín e investigadores del CTI comenzaron a analizar el entorno de dicho sujeto.
Las autoridades lograron interceptar llamadas de la madre de este hombre y establecieron que su otro hijo, José Alfredo, había sido coaccionado por Juan Carlos para participar en este triple homicidio. Este descubrimiento agregó un giro impactante al caso, revelando la manipulación y la crueldad ejercida por el principal sospechoso sobre su propia familia.
Además, se descubrió que estos asesinatos formaban parte de una serie que se remontaba a 2012 en veredas del departamento de Risaralda. Durante 11 años, un total de 11 personas de la tercera edad fueron víctimas de estos crímenes, todos ellos perpetrados con un modus operandi similar.
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El presunto responsable de estos actos fue identificado como Juan Carlos Villa, quien se hacía pasar por una persona con discapacidad y mentía sobre la salud de su madre para generar lástima y ganarse la confianza de los habitantes. Finalmente, en 2023, las autoridades lograron identificarlo y capturarlo, catalogándolo como un asesino en serie.