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Así fue el desenlace de las historias relacionadas con la nomofobia, adicción al celular

Séptimo Día conoció impactantes casos de nomofobia y consultó a expertos sobre los síntomas de alerta y los mecanismos esenciales de prevención de esta adicción al teléfono celular.

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Séptimo Día presenta las consecuencias negativas a las que puede llevar la nomofobia o adicción al celular en niños y adolescentes. Estudios recientes demuestran que los menores que sufren de la dependencia a sus teléfonos móviles son más propensos a ser impulsivos e impacientes en la toma de decisiones y, en el peor de los casos, a llegar a autolesionarse o quitarse la vida cuando se les prohíbe el uso de estos. Conocimos algunos casos de nomofobia con desenlaces fatales y, se consultaron a expertos en psicología infantil y manejo de tecnologías sobre cómo funciona el cerebro de los menores de edad cuando están presentando síntomas, sus conductas, cambios en la personalidad y mecanismos de prevención.

Los expertos confirman que la adicción al celular es igual de peligrosa que las demás adicciones. “La persona que es adicta al celular es similar a la persona que consume sustancias psicoactivas porque el placer es el mismo”. “Una persona con ya adicción al celular tiene que entrar en una especie de proceso de desintoxicación, es decir un proceso de separación del celular o de la pantalla a la que esté más adicto, aislarse por ella durante días hasta que de alguna de ellas se produzca un desacostumbramiento, una deshabituación”.

No te pierdas: Nomofobia: la adicción al celular cobró la vida de una joven en Sahagún, Córdoba

Por fortuna, en el caso de Santiago y su mamá lograron encontrar una salida al final del túnel. “Desde el primer momento pensé que era lo mejor que yo estaba haciendo para él y para mí porque como persona, como mamá estaba cayendo. Yo iba por una cuesta abajo, yo entré en depresión, en ansiedad, de verlo a él así”. Para Cristina, lograr que su hijo entrara en rehabilitación fue la mejor victoria de su vida, “sí, contundentemente se lo arrebaté de las garras a la muerte”.

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Lamentablemente, el desenlace de la familia Soto Navarro, en Sahagún, Córdoba fue diferente. El 23 de septiembre del año 2021, el corazón de Dayana Navarro dejó de latir. Desde entonces y durante estos dos años, su familia se reúne mensualmente en el cementerio Nuestra Señora de la Salud para recordarla y rendirle homenaje. “Con ella se me fue la mitad de mi vida, porque como le digo, se me fue mi amiga, mi confidente, mi compañera”.

En el caso de la familia Triana Neita, en Aguazul, Casanare, aunque demasiado tarde, hoy sienten que pudieron evitar las muertes de sus hijas. “Yo pude haberlo hecho y no lo hice, yo pude ayudarla y lo que hice fue ignorar que había un problema”. “El dolor y el vacío que se siente, la impotencia es muy grande”.

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La tragedia que tocó a las familias de Dayana y Ana María indiscutiblemente se pudo evitar, pero sus padres no lograron ver el peligro de su adicción al celular a tiempo y aunque hoy el dolor les embarga, no quieren que ninguna otra familia en Colombia pase por esta situación.

No se pierda el capítulo completo de Séptimo Día en Caracol Play .

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