El periodista Esteban Jaramillo ha pasado por muchos desafíos durante su vida, sin embargo, la muerte es un tema cercano que lo afecta profundamente. “Yo le pido a Dios que el día que vaya a elegir uno más, que me muera yo”, aseveró.
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En 1992, Esteban Jaramillo quedó profundamente conmovido por la noticia de que su hermano, el también periodista Juan Augusto Jaramillo, había muerto en una playa de Cartagena. Orlando Jaramillo, otro de sus hermanos, recordó que Esteban estaba haciendo un trabajo del informativo para el que laboraba, por lo cual encargó a un compañero que le diera la noticia de la muerte de Juan Augusto.
Esteban Jaramillo confiesa que, uno de los grandes sinsabores que le dejó la muerte de su hermano fue que al momento de su fallecimiento su relación no estaba en los mejores términos.
“Él se fue para Cartagena a transmitir. Dice: 'bueno, hasta aquí la transmisión'. Él hablaba muy bonito, entonces dice: 'para toda la gente de Manizales, optimismo hacia el futuro, y llegaran tiempos mejores para los cartageneros que hoy están en medio de la tristeza por el descenso, y me voy, porque la mar me espera'. Y se fue”, recordó el periodista
Para muchos, esa despedida fue premonitoria, casi como la crónica de una muerte anunciada, especialmente porque Juan Augusto Jaramillo murió ahogado en las aguas de Cartagena, cuando era conocido que no sabía nadar.
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“Se metió en las horas de la noche al mar y lo cogió una ola y se lo llevó”, detalló el periodista Wilmar Torres, quien recuerda haberse quedado en la playa esperando que las aguas devolvieran el cuerpo de su amigo. Al verlo, un salvavidas le dijo que en cualquier momento volvería, porque, en sus palabras, “el mar no conoce amigos”.
Con la voz entrecortada, Esteban Jaramillo recuerda a sus padres como los mejores seres humanos con los que pudo haber crecido, sin embargo, dos devastadores padecimientos acabaron con sus vidas.
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En el caso de su madre, un ataque de nervios desencadenado por una noticia que lo relacionaba a él, quien en ese momento estaba privado de la libertad, la hizo caer por las escaleras. Esto hizo que se lastimara la pierna, extremidad que tiempo después tuvo que serle amputada.
Tras la muerte de su mamá, su padre falleció atravesado por los estragos de un párkinson que fueron borrándolo lentamente.