El día que el padre Chucho estaba "decidido a morir" en medio de la guerra

En medio del pánico, la incertidumbre y zozobra de la guerra que se vive entre Israel y Palestina, el padre Chucho recordó en Se Dice De Mí los momentos de angustia y lo que luchó por sobrevivir junto con un grupo de peregrinos en medio del conflicto armado de estos países.

El sacerdote colombiano ofreció su vida a cambio de que los 92 peregrinos que viajaron con él a Medio Oriente para conocer Tierra Santa regresaran sanos y salvos. Gracias al trabajo de la cancillería y a las Fuerzas Armadas de Colombia, regresó en un vuelo humanitario.

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La vida del Padre Jesús Hernán Orjuela tuvo un antes y un después de haber quedado atrapado en medio del conflicto. “Este peregrinar empezó en el Vaticano, en Roma, tenía que viajar guiar espiritualmente esta comunidad de colombianos y allí, comenzó este viacrucis. Jamás me imaginé lo que venía”, aseguró el padre Chucho.

Pese a que él nunca desfalleció por luchar y sacar a los colombianos de ahí, tuvo que soportar las lágrimas, el miedo y la ansiedad de todos los que lo acompañaban. “Jamás en la vida me había sentido tan decidido a morir si es posible antes de abandonar cada corazón y cada alma”, agregó.

Su principal arma fue la fe y con ella, logró regresarlos a la casa en un vuelo que duró más de 26 horas, con escalas en Lisboa y República Dominicana.

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Las batallas del padre Chucho que ha podido superar gracias a su fe

Recuerda el día que tuvo una enfermedad que lo dejó en cama por varios días y su madre al verlo lo cubrió con una tilma (prenda) que había traído de la Virgen de Guadalupe, en México. Cuando se despertó se sintió diferente, estaba sano. “Me di cuenta de que la enfermedad había pasado”.

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Desde entonces, con esa tilma recorre el mundo brindando el aliento a los enfermos y desamparados. Con su fe, dice, ha curado a muchos necesitados y reconoce su misión en la vida. Además, aseguró que fue la Virgen quien lo salvó y lo protegió en todo momento.

A lo largo de su vida, ha tenido que sobrellevar los comentarios despectivos y la crítica, pese a que intenta ahuyentarlos. Muchas veces le ha tocado lidiar con personas que lo llaman payaso, pero en vez de reaccionar, lo calla y lo perdona. “Son más los que me han demostrado su cariño”.

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“Es una persona bondadosa, es un hombre compresivo, es alguien que hace sentir a las personas bienvenidas, hace sentir a la gente amada por Dios”, reveló el Padre Alexander Orozco.

El amor y la fe lo ha llevado a creer cada día más en su labor sacerdotal, su misión está en llevarle la palabra de Dios a todos aquellos que lo necesitan y lo seguirá haciendo, afirma, hasta que el Todopoderoso se lo permita.

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