César Augusto Londoño y su frase "país de mierda" marcaron a Colombia: "Todos llorábamos"

El reconocido periodista y comentarista deportivo César Augusto Londoño no solo ha tenido una destacada trayectoria profesional, sino que también ha vivido muchas experiencias que lo han marcado profundamente. En el programa Se Dice de Mí abrió su corazón y compartió detalles íntimos de su vida.

¿Cómo empezó César Augusto en el periodismo deportivo?

César Augusto Londoño, oriundo de Manizales, cuna de muchos de los periodistas deportivos más importantes de Colombia, creció en una familia pequeña pero fundamental para su formación. Desde que se radicó en Bogotá en busca de sus sueños, su familia siempre estuvo allí para apoyarlo.

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“Es un hombre con una enorme facilidad de expresión, que se comprometía en sus conceptos y opiniones. Sabía ver el fútbol, y César nació en esa escuela. Yo conocí mucho a Javier Giraldo y, desde esa época, empecé a valorar y apreciar a César”, relató el periodista Darío Arizmendi.

Con la maleta llena de sueños, llegó a la capital para abrirse camino en el mundo de los medios. Desde pequeño, su pasión siempre fue contar historias, especialmente en el ámbito deportivo. Aunque estudió Arquitectura debido a una oportunidad que se le presentó, nunca dejó de lado su vocación periodística.

Sus primeros pasos en los medios fueron como editor de deportes en el diario La Patria y locutor en Radio Manizales. Así comenzó su trayectoria, que lo llevaría a destacarse en el mundo del periodismo deportivo.

Gracias a su talento, ha logrado enormes éxitos en su carrera periodística. Sin duda, Yamid Amat y Hernán Peláez han sido maestros clave en su formación. Sin embargo, a medida que su carrera ascendía, también enfrentaba momentos que lo marcarían para siempre.

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Así recuerda el periodista la muerte de Jaime Garzón

Tras 25 años del homicidio de Jaime Garzón, el hombre que, con su gran sentido del humor, criticó la cruda realidad que vivía el país en esa época, aún es recordado con dolor por destacadas figuras.

“Íbamos para Radionet, faltaban 15 minutos para las 6 y encontramos la camioneta estrellada en la Avenida de la Esperanza con 42 y el cuerpo de Jaime sobre el timón de la camioneta. Ahí nos enteramos todos”, recordó César Augusto Londoño, quien tuvo la emisión de deportes ese día y cuyo emotivo cierre generó un gran impacto en la audiencia.

Los medios de comunicación estaban consternados y, en su honor, dedicaron el noticiero para recordar su vida y su obra. “Fue un momento muy dramático, muy difícil. Yamid empieza a hablar y todos llorábamos. No podíamos creer que eso había sucedido”.

Reveló que al final del noticiero, el cual dedicó a Jaime Garzón, debía despedirse con un “hasta aquí los deportes, disfruten la vida”, pero ese día terminó diciendo: “Hasta aquí los deportes, país de mierda”.

Sin duda, esa frase no solo marcó al país, sino que también lo marcó a él. César Augusto Londoño aún recuerda con dolor ese momento en el que acabaron con la vida de un gran amigo y colega.

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Una vida de reconocimientos y esfuerzos

César Augusto con su estilo particular, directo y con profundo conocimiento del deporte, ha logrado ganarse un lugar entre los periodistas más destacados del mundo deportivo.

Ha estado en 11 campeonatos del mundo y fue condecorado por su labor periodística por la FIFA y la Asociación Internacional de Prensa Deportiva (AIPS). Ha participado en nueve Juegos Olímpicos, ocho ediciones del Tour de Francia y de la Vuelta a España, además de cuatro Giros de Italia. También ha cubierto varios Juegos Panamericanos, Copas América, entre otros eventos deportivos.

“Es un privilegio hacer periodismo deportivo”, recalcó Londoño. A pesar de su profunda pasión por su trabajo, también ha sido testigo de algunos de los momentos más trágicos de la historia de Colombia, como cuando el narcotráfico permeó el fútbol nacional, incluyendo la muerte de Andrés Escobar y las amenazas hacia los periodistas.

No obstante, César Augusto jamás ha pensado en retirarse del periodismo, a hoy, sigue vibrando con el fútbol de la misma manera de aquel día que escuchó su primera narración radial.