El artista ecuatoriano Juan Fernando Velasco es un romántico empedernido y se ha convertido a través de los años en el hombre que enamora con sus canciones a miles de fanáticas a nivel internacional. Aunque desde muy pequeño se interesó por la música, el miedo a no tener éxito lo hizo convencerse a sí mismo de que solo se trataba de un pasatiempo.
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El artista nacido el 17 de enero de 1972 en la clínica Pichincha de Quito, Ecuador, tuvo como gran influencia musical al maestro Astor Pantaleón Piazzolla, compositor argentino, a quien su padre admiraba muchísimo.
Estando muy pequeño encontró refugio en la guitarra, un importante regalo hecho por su progenitora y que le ayudó a enfrentar la pérdida de su padre. "Me puso en clases de guitarra y yo, la verdad, no sé qué hubiera sido mi vida si ella no hubiera tomado esa decisión", reconoce el intérprete de Chao Lola.
En ese momento las inseguridades empezaron a aflorar. "Sentía que al hacerme músico pues me iba a morir de hambre. Mis papás nunca me pusieron la presión, me dijeron: 'si quieres hacer música entonces estudia música', pero yo decía 'no es que eso es un hobby, yo quiero ser economista'".
Aunque formó su agrupación Tercer Mundo y empezaron a tener presentaciones y grabar discos, Juan Fernando Velasco ingresó a estudiar economía, pero definitivamente las cosas no se le daban en la academia. "Tal vez no es la economía lo mío, pero sí las ciencias sociales, entonces me pasé a Comunicaciones y decido tomar el consejo de mis papás y tomar algunas materias en la universidad de música y me va pésimo".
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Tras salir de la agrupación y empezar una vida en Nueva York, Juan Fernando Velasco decide regresar a Ecuador a sus 21 para ser músico y emprender una relación amorosa que, aunque no funcionó, le dejó a su hija Camila. "Yo me hago músico y no sé qué pueda ofrecer, pero voy a ser feliz, voy a ser un papá y un esposo feliz y así es como volví y me dediqué de manera profesional a la música".
Su éxito con canciones como Para que no me olvides, Chao Lola, Hoy que no estás, entre otras le demostró que lo que él pensaba que era un hobby era realmente su pasión y lograba conectar con las personas. Lo más difícil de su fama, alejarse de su hija, quien siendo una bebé estaba presente en los ensayos de su banda.
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El impacto de sus canciones trascendió fronteras y Colombia se convirtió en un segundo país para él; Juan Fernando Velasco incluso hoy se sorprende con el reconocimiento que tienen sus composiciones.
"Que sigan mis canciones siendo relevantes para mucha gente que las escucha, que después de tanto tiempo siga generando el interés de quienes hacen comunicación, de quienes oyen música, es para mí sorprendente ver hasta dónde ha llegado mi música y me sigue sorprendiendo todos los días", aseguró.