Sara Platt, de 32 años, voló hasta Turquía para someterse a cinco procedimientos estéticos por medio de una agencia de cirugías en la ciudad de Antalya. Luego de pasar 13 horas en el quirófano y un breve periodo de recuperación, la mujer regresó a su hogar, enReino Unido
, donde descubrió que sus heridas se habían infectado y debía operarse nuevamente, pero esta vez para salvar su vida.
Sara Platt, una mujer británica madre de cuatro hijos, desembolsó 14.000 libras esterlinas (más de 80 millones de pesos) a una agencia de cirugía estética turca, con el fin de que le retiraran la piel que le había sobrado luego de perder 24 kilos de peso a finales del 2021.
Tras investigar durante 17 meses con diferentes cirujanos, la mujer reservó un espacio en los quirófanos de Turquía para deshacerse de la piel que le resultaba intolerable, debido a los forúnculos y ampollas que desarrolló por el roce con las prendas.
La cirugía, que fue programada para el 20 de febrero de 2023, prometía devolverle la paz con su cuerpo y darle una nueva oportunidad de vida. Sin embargo, un error en el procedimiento causó que sus heridas se infectaran y su seno derecho se necrosara.
Durante las 13 horas que duró la intervención quirúrgica, a Platt se le practicó una abdominoplastia, un estiramiento de brazos y de espalda, un estiramiento de 360 grados de la parte superior del cuerpo y un levantamiento de senos con implantes. A pesar de sus preocupaciones por la cantidad de procedimientos, el médico le dijo que no tendría ningún problema.
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Al despertar de la cirugía, la mujer aseguró sentirse en agonía y preocupada por un bulto que había aparecido en su pecho, como si se tratara de un tercer seno. Luego, los médicos le pusieron un traje de compresión tan apretado que le costaba respirar.
Tras nueve días de recuperación, Platt solicitó ver a su cirujano debido al dolor que sentía y, cuando accedió a verla, un líquido marrón había comenzado a salir de las heridas de su estómago, por lo que el especialista le sugirió que necesitaba una cirugía correctiva de inmediato.
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En el quirófano de la clínica le dijeron que la sedarían, pero ella estaba despierta mientras su médico le cortaba y cauterizaba la carne del estómago que había comenzado a morir y necrosarse. “Le estaba rogando que se detuviera. Se sentía como si estuviera en llamas . Lo vi dejar caer la herramienta al suelo, sumergirla en algo y luego seguir usándola”, declaró la mujer al diario local The Mirror.
Luego de un mes de la primera intervención, Sara Platt le mintió al cirujano sobre cómo se sentía, por el temor a que no firmara su certificado de “aptitud para volar”, con el que podría regresar a su casa, en Reino Unido.
A pesar de que sus heridas estaban verdes y con pus, la mujer voló de vuelta a su hogar y acudió a su médico de cabecera, quien la remitió al Hospital Morriston, en Swansea, para una cirugía de emergencia, donde descubrieron que la herida de su estómago se había abierto y estaba infectada con un organismo resistente a medicamentos.
Platt tuvo que ser aislada del resto del hospital y fue intervenida en ocho cirugías correctivas para salvar su vida, esto implicó la extirpación de su seno derecho por necrosis, la extracción de una parte del izquierdo y el uso de injertos de piel para reconstruir su estómago.
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“Los médicos dijeron que la forma en que me cortó la piel era como un rompecabezas y no permitía que el flujo de sangre circulara por la piel. Mi vida sigue en riesgo hasta que las infecciones desaparezcan y las heridas se cierren”, señaló.
Ahora, por medio de la plataforma GoFundMe, Sara Platt se encuentra recaudando fondos para someterse a otra cirugía plástica que le permita recuperar la movilidad de sus brazos por encima de los hombros, eliminar la joroba en su espalda y reconstruir sus senos.