Para quienes presentan síntomas gripales principalmente o aquellos con manifestaciones digestivas como diarrea o vómito, lo primero es sospechar que se trata de COVID , luego aislarse para no contagiar a otros, mantenerse alejado de los demás por unos días y aprender a identificar el 'Termómetro de la vida'.
También es esencial que le hagan la prueba, vigilar los síntomas y signos vitales como la frecuencia cardiaca y la oximetría.
Además, hay casos que requieren apoyo médico en casa, por ejemplo para seguimiento de personas con COVID moderado o con factores de riesgo, y por supuesto también para identificar señales de deterioro o de complicaciones y no perder tiempo con remedios caseros o automedicándose, sino buscando ayuda médica inmediata.
Casos más frecuentes
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Estos pueden manejarse en casa y corresponden a COVID leve.
“Aunque le tenemos mucho miedo al COVID, la mayoría de veces es una enfermedad leve que se caracteriza por el malestar, dolor en la garganta, a veces fiebre, dolor de cabeza, dolor en el cuerpo, tos; esta enfermedad en la mayoría de veces puede manejarse en casa y no requiere oxígeno o atención especializada en hospital”, explica María Angélica Maya, infectóloga.
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Recuerde que el COVID leve también puede producir diarrea, vómito, pérdida del olfato y del gusto y aunque cualquiera podría complicarse, hay ciertas personas que deben estar más atentas a cambios en los síntomas; son quienes están en la zona media del llamado termómetro de la vida, como aquellos mayores de 60 años.
“O incluso siendo menores pero que tienen unas enfermedades con más riesgo: obesidad, presión alta, azúcar en la sangre o diabetes, cáncer diagnosticado en los últimos 5 años, enfermedad cardiaca o de pulmones, renal o del hígado. Estas personas siempre deben estar supervisadas por un médico o sistema de salud que esté diariamente controlando sus signos vitales, su sintomatología”, dijo la especialista.
Esa vigilancia de señales de alerta es fundamental siempre, además del aislamiento, medidas de bioseguridad, reposo, la hidratación y analgésicos suaves.
“Esas personas deben estar en casa, pero ojalá la EPS o aseguradora les suministre un pulsoxímetro. Hay que estar vigilantes: si tienen mucho dolor de cabeza, si las pulsaciones están por encima de 100, si la cantidad de orina ha disminuido, si tiene dificultad para respirar o cuando están hablando de corrido y se cansan mucho; esas personas deben estar vigilantes, pueden estar cursando a un COVID grave”, explicó.
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Precisamente, ahí se llega a la zona roja del termómetro de síntomas que indican necesidad de oxígeno y manejo hospitalario.
“Tener más de 25 respiraciones por minuto, la saturación menor a 90, los labios o dedos morados, opresión el pecho o sensación de ahogo, alteración del estado de conciencia o estado confusional; todo estos signos nos deben alarmar y consultar inmediatamente un servicio de urgencias”, manifestó el infectólogo Juan Carlos Cataño.
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En este caso, no pierda tiempo en casa, tampoco se automedique. La atención médica temprana puede ser decisiva en el pronóstico.
Las EPS son clave en el aislamiento y seguimiento de los pacientes, de poco sirven las citas médicas ya sean presenciales o virtuales si los resultados de pruebas son tardíos.