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En las redes sociales se ha visto cómo promocionan tapabocas de acrílico o transparentes, que aunque estéticamente se vean bonitos no le ofrecen la protección que requiere contra el COVID-19.
“Si tú te pusieras solamente esto (careta), tú te das cuenta de que al hablar puedes generar aerosoles y gotas que pueden salir”, explica Christian José Pallares, médico epidemiólogo.
“Con el tapabocas acrílico va a pasar lo mismo porque tú ves que el tapabocas no hace sello acá arriba (sobre la nariz) ni tampoco acá abajo (barbilla), deja espacios abiertos”, agrega al subrayar la poca seguridad de este tipo de mascarilla.
Además de no cubrir ni tener buena adherencia a la cara, estos elementos exigen una adecuada y frecuente limpieza y desinfección, “porque si toses o estornudas, la saliva que va quedando va a quedar aquí (en el acrílico) y eso requeriría que, por lo menos, por espacios de cada hora, cada 2 o 3 horas vas a tener que limpiarlos constantemente”, detalla el experto.
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Así que aunque parezcan más bonitos o dejen ver los labios, el doctor Pallares es claro: “los tapabocas de acrílico, como las caretas, no sirven en realidad absolutamente para nada, pero las mascarillas quirúrgicas y los tapabocas de tela son los que realmente nos brindan una protección”.
Solo en casos muy específicos, por ejemplo, de personas sordas que requieran lectura de labios, podrían usar este tipo de tapabocas transparentes, pero reforzando la distancia física y demás medidas.
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