Una investigación publicada en AMA Pediatrics afirma que 1 de cada 5 menores en planeta posee malos hábitos alimenticios, manifestados en comportamientos de alimentación disfuncional. Por ello, Romina Sánchez, nutricionista infantil, recomienda 4 consejos para tratar el problema desde casa.
Aprenda a identificar las señales
Entre el primer y el cuarto año de vida el menor puede presentar episodios donde deja de comer, esto debido a la desaceleración del crecimiento. Se vuelven más selectivos, comen menos, y en términos generales no tienen una conducta alimentaria lineal, pero cuando esas conductas se alargan pueden convertirse en niños quisquillosos con ciertas comidas, texturas y olores.
Se ha podido observar que los niños nacidos en pandemia son los que más trastornos tienen en cuando a aceptación a la comida. Es importante prestar atención a las señales de manera temprana. Los cuidadores deben encender las alarmas en caso de que el menor:
- Tenga constantes cambios de humor.
- Modifique sus patrones cotidianos.
- Sea cerrado al momento de comunicar sus actividades o sentimientos.
- Pierda la menstruación (en el caso de las mujeres).
Frente a estas llamadas de atención es importante consultar con un especialista en el tema para ser orientado de manera correcta e iniciar un tratamiento que vele por el bienestar del niño.
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Menos redes sociales, más redes de apoyo
La familia debe cuidar que la imagen no sea lo primordial en el discurso, sino que prime la salud. Es importante cuidar la calidad nutricional y el amor propio, para así fortalecer al ser desde adentro.
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Frente a las dietas, la nutricionista tiene un punto de vista muy claro: “Yo tengo prohibido poner al niño a hacer dieta Keto o Hipocalóricas, porque están en plena etapa de desarrollo y crecimiento”. No deben fomentarse prácticas de autodiagnóstico, autorreceta de planes o imposición de dietas especiales en menores. Todo debe ser acompañado por profesionales de la salud preparados en temas de alimentación.
Además, hace un llamado de atención frente a los posibles problemas que puede desatar el uso de redes sociales en los menores. “TikTok es una de las redes sociales más adictivas, sin embargo, Instagram tiene un poder mucho mayor en la salud o en la enfermedad, ya que modifica las conductas alimentarias”.
La alimentación no es solo comer
Hay que romper paradigmas relacionados con la alimentación, puesto que esta acción debe significar algo más que poner comida en la boca y que traguen. Para ello, es necesario crear un vínculo emocional positivo, enseñándoles a comer no solo alimentos saludables, sino también en entornos saludables.
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En estos entornos debe evitarse cargarse con conversaciones sobre problemáticas o regaños. Al contrario, se debe procurar que sea un espacio agradable para compartir en familia. Se recomienda que al menos 1 de las comidas del día se desarrolle en familia.
¿Qué debo hacer si hay muchos distractores durante el tiempo de la comida?
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Una de las técnicas que pueden ser utilizadas para propiciar un espacio adecuado para comer es el mindfulness. Con ello se pretende que el niño adquiera una concentración plena en la actividad que está desarrollando e ingiera lo que realmente le dé saciedad.
Con relación a comer mientras se ven pantallas, la doctora aclara que todo comportamiento es aprendido, así que si el menor lo hace es porque se le ha enseñado. Este hábito puede controlarse con una preparación correcta del niño antes de comer, en la cual, mediante el diálogo, se llegue a mediaciones para convencerlo de que es necesario realizar la actividad con la mayor cantidad de atención posible. No se recomienda quitar los dispositivos de manera abrupta, ya que pude causar recelo.
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