Además de los pacientes de la clínica Jorge Piñeros Corpas, los empleados también se ven perjudicados por el cierre de la institución.
La clínica, la más grande de Medimás en Bogotá, permanece con la puerta trancada y un letrero que aún sorprende a algunos usuarios.
Empleados, algunos con más de 17 años de antigüedad, piden al dueño de la EPS poner la cara.
“Las clínicas las están dejando caer. No tenemos un doliente, no hay quien responda por ellas”, dice Luz Mery Carvajal, facturadora de la entidad.
Publicidad
Pese a estar cerrada por fallas en la infraestructura, y por déficit en su personal médico y administrativo, sigue atendiendo urgencias vitales.
Le puede interesar: ¿Qué pasará con los 600 empleados de la Clínica Jorge Piñeros Corpas tras su cierre?
Publicidad