Sentir que no le alcanza el día para todo lo que tiene que hacer y vivir con cansancio físico y mental es un fenómeno global que incluso algunos han denominado la pandemia de agotamiento.
Algo aún más grave es que, cuando tiene tiempo libre o está desocupado, se siente culpable o poco productivo, pues se ha creado una cultura en la que se debe hacer, hacer y hacer y eso se premia, pero va en contra de la biología humana porque no somos máquinas y está demostrado que las personas no rinden igual cuando deben hacer varias cosas al mismo tiempo.
Uno de cada cinco adultos en el mundo siente cansancio a pesar de no tener condiciones médicas que expliquen esa fatiga. Así lo mostró el análisis de 91 estudios realizados en 2023 y esto ha sido descrito como el síndrome del trabajador quemado.
Los factores de riesgo son bien conocidos: sobrecarga de trabajo, malas relaciones laborales y baja remuneración, entre otros. Ahora se suman otras hipótesis que estarían favoreciendo ese cansancio físico y mental no solo en el trabajo.
Felipe Villegas Salazar, psiquiatra y especialista en medicina laboral, considera que el problema está relacionado con “una sociedad basada en el rendimiento y la productividad, y eso hace que se perviertan un poco los valores. ¿A qué me refiero yo? El positivismo extremo. Si yo tengo un positivismo normal, es válido, pero, cuando tengo un positivismo tóxico en donde siento que todo es posible, empiezo a tener un montón de personas que pueden llegar a estar frustradas, por ejemplo, deprimidas por ser incapaces de cumplir con las expectativas que les exige la sociedad”.
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También se habla de productividad tóxica.
“Productivo igual a exitoso. Entonces, si tú no tienes la agenda llena todo el día, ¿qué está pasando contigo? Estás perdiendo tiempo. A consulta y al programa Porque Quiero Estar Bien llegan personas que dicen ‘mira que cuando descanso no puedo dejar de pensar en mi trabajo’. Entonces viene el segundo problema, tenemos la productividad, pero también tenemos esta cuestión de multitarea”, explica la psicóloga clínica Tatiana Rivera.
El doctor Villegas indica que “nosotros como seres humanos tenemos una atención reducida. Podemos hacer una cosa a la vez, no podemos hacer siete cosas a la vez. Cuando tenemos una inundación de tareas, en donde tenemos que trabajar, revisar redes seis horas, además tenemos que dormir, tenemos que hacer ejercicio, tenemos que cuidar a nuestros hijos, eso hace que estemos constantemente y crónicamente cansados, porque es que el cerebro evolutivamente no da para más”.
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Se trata de alternar el trabajo con actividades que se están sacrificando como descansar, interactuar presencialmente con otros, realizar actividades lúdicas, tener contacto con la naturaleza.
El psiquiatra Villegas dice que “no deberíamos normalizar lo anormal. Hemos pensado que dormir poco es normal, que no atender o hacer muchas cosas a la vez es normal, que comer inadecuadamente o trabajar excesivamente es normal, o ser excesivamente positivos es normal, y empezar a redefinir eso es importante”.
La psicóloga clínica lo explica con un ejemplo: “Es lo mismo que haríamos con un carro cuando queremos ir de acá a la costa y no paramos nunca, ¿qué le pasa al carro? Se sobrecalienta, se daña, ya no nos va a dar la misma utilidad. Entonces, ¿cómo llevar el carro a la costa de una mejor forma? Pues pare”.
Fuera de eso, las personas están expuestas a situaciones que causan estrés como guerras, calentamiento global e inseguridad, entre otros hechos. Y como si fuera poco, los escasos momentos libres se ocupan con el celular.
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Hay que tomarse el tema en serio y pedir ayuda para identificar causas biológicas que expliquen el porqué del cansancio, como anemia o problemas de la tiroides.
Además, el agotamiento crónico que lo lleva a sacrificar el sueño, la alimentación y el descanso puede acarrear problemas digestivos, musculares, cardiovasculares e incluso cáncer.
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