Desde tiempo atrás, se ha transmitido de generación en generación la advertencia de que tragarse un chicle podría tener consecuencias nefastas para la salud. "Se le quedará pegado en el estómago durante siete años" o "se le quedarán pegadas las tripas", son frases que muchos han escuchado durante la infancia. Pero, ¿qué hay de cierto en todo esto?
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¿Qué pasa si usted se tragó un chicle?
La realidad es que, aunque nuestro cuerpo no puede digerir el chicle, este pasa por nuestro sistema digestivo como cualquier otro alimento y es expulsado naturalmente.
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El chicle está compuesto por una base de goma, edulcorantes, saborizantes y aromas y, aunque la goma base (una mezcla de elastómeros, resinas, grasas, emulsionantes y ceras) no se digiere, no se queda adherida en nuestro tracto digestivo.
Riesgos poco comunes
Aunque la mayoría de las personas pueden tragar chicle sin problemas, existen algunos casos raros en los que grandes cantidades de goma de mascar podrían causar bloqueos intestinales, especialmente en niños pequeños o personas con problemas gastrointestinales preexistentes.
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También, si el chicle se traga junto con objetos no comestibles (por ejemplo, monedas), existe un riesgo de obstrucción.
La goma de mascar no proporciona ningún beneficio nutricional y, si se consume en grandes cantidades de forma repetida, podría aumentar el riesgo de problemas gastrointestinales menores. No obstante, expertos también aseguran que hay ventajas en masticar chicle.
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¿Por qué es bueno masticar chicle?
- Masticar chicle estimula las glándulas salivales, lo que aumenta la producción de saliva.
- Algunos estudios sugieren que masticar chicle puede mejorar la concentración, el enfoque y la memoria a corto plazo.
- Masticar chicle puede ser una forma efectiva de aliviar el estrés y la ansiedad para algunas personas. El acto repetitivo puede ayudar a liberar tensiones y proporcionar una distracción suave en momentos de tensión.
- Puede ser útil como una estrategia para controlar el hambre y los antojos, especialmente entre comidas.
- Al aumentar la producción de saliva, masticar chicle puede ayudar a refrescar el aliento temporalmente al reducir la cantidad de bacterias en la boca.