Bajar el consumo de sal, empezando por quitar el salero de la mesa, hasta políticas nacionales de reducción de sodio, todo eso podría salvar la vida de unas siete millones de personas de aquí al 2030, así lo asegura la Organización Mundial de la Salud en un reciente informe sobre el tema.
En lo que las personas ingieren diariamente no debe haber más de 5 gramos de sal, es decir, una cucharadita. Según la OMS, el promedio de lo que consume la gente es el doble de esta recomendación: más de 10 gramos.
“Cometemos muchos errores en la alimentación. El primero y uno de los más importantes es agregarle sal a las comidas sin siquiera haberlas probado. Esa es una conducta muy repetitiva que tenemos digamos que en Colombia y en toda Latinoamérica. Entonces lo primero es probar y si le falta sal le ponemos un poquito más. Lo segundo es que consumimos una gran cantidad de ultraprocedados. Otro de los errores que cometemos es no leer las etiquetas de los alimentos”, explicó Luis Miguel Becerra, nutricionista.
A pesar de que el sodio es un nutriente esencial, en exceso aumenta el riesgo de diferentes condiciones e incluso de muerte.
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“Hay más o menos unas 19 enfermedades que se han asociado directamente con el consumo de sodio y consumo de sal. El infarto agudo de miocardio, algunos tipos de cáncer, problemas coronarios, inclusive la diabetes se ha asociado con valores muchos más altos de consumo de sal y sodio en la alimentación, problemas vasculares”, anotó el especialista.
Así que el cambio empieza por cada uno, se debe ser más conscientes a la hora de cocinar y de alimentarse.
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“La primera recomendación es retirar el salero de la mesa, esa es una de las herramientas más importantes. La segunda es tratar de entender que todos los enlatados, procesados, la mayoría de productos que consumimos de paquete tienen grandes cantidades de sal y de sodio. Limítenlo máximo a una vez a la semana. El tercer factor importante para disminuir la cantidad de sal en la alimentación es tratar de utilizar otro tipo de condimentos como el ajo, la paprika”, agregó Becerra.
Además, es clave realizar actividad física y derribar mitos sobre el tema.
“El primer mito es que solamente debe hacerse en personas que tengan alguna enfermedad o que sean unos adultos mayores. Desde niños debemos tener control del sodio y de la sal dentro de la alimentación. Muchas de las personas ni siquiera conocen el sabor de los alimentos, sino conocen el verdadero sabor de la sal y de los productos que agregamos, pues tienen un alto contenido de sodio. Hay que tratar de volver al sabor natural de los alimentos”, destacó.
Según la OMS, aproximadamente 1,89 millones de muertes cada año, en el mundo, están asociadas con la ingesta excesiva de sodio. Por eso, pide a los países trabajar urgentemente por instaurar políticas obligatorias para mitigar los efectos nocivos del consumo excesivo de sal como el etiquetado frontal o reformular los alimentos para que contengan menos sodio.