Fueron necesarios pocos días para que la misteriosa neumonía que había iniciado en una ciudad central de China tuviera nombre.
“Después del 9 de diciembre (de 2019), cuando se describieron los primeros casos de neumonía por COVID en China, rápidamente se pudo secuenciar el virus, es decir, conocer completamente la huella genética del virus”, dijo Jaime Castellanos, director del Instituto de Virología de la Universidad del Bosque.
Fue el 12 de enero de 2020 el día que China hizo pública la secuencia genética: se trataba de un nuevo coronavirus, del que pronto también se supo que se transmitía de persona a persona y que en algunos producía graves síntomas respiratorios.
“Una de las cosas interesantes que nos pasa en este tiempo es que estamos viviendo la historia y escribiendo al mismo tiempo, es decir, día a día se están escribiendo cosas”, afirmó Juan Manuel Gómez, infectólogo de la Fundación Santa Fe de Bogotá.
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La nueva amenaza logró que la ciencia respondiera no solo con velocidad, sino con cooperación. La generación de conocimiento no se ha detenido y, sin dudar, se puede decir que es la más rápida y exitosa de la historia.
“La colaboración mundial entre científicos, la construcción del concepto universal de COVID-19, ha sido muy importante. Hoy sabemos, inclusive, más de COVID-19 en un año que lo que hemos aprendido de dengue en 40 años o de VIH en 30”, anotó Castellanos.
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Se aceleraron desarrollos que llevaban décadas rezagados y, aunque se han sufrido decepciones con tratamientos que prometían esperanza, pero luego no mostraron utilidad, hoy se cuentan con la herramienta que rompió todos los paradigmas.
“Si tú me hubieras preguntado hace un año si tendríamos vacuna al final del año, yo te hubiera dicho ‘lo más probable es que no tengamos vacuna’ o ‘es imposible que tengamos’. Y la ciencia nos ha regalado no una, sino varias vacunas ”, dijo el epidemiólogo Carlos Álvarez.
Vacunas seguras y eficaces que hacen soñar con una salida a esta crisis.
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“Este es un virus que se va a quedar, va a ser parte de todos los coronavirus, que producen infecciones respiratorias, pero nuestra esperanza es que con la vacunación y con la inmunidad adquirida se va a convertir en una forma de infección respiratoria leve”, afirmó el infectólogo Carlos Saavedra, coordinador del consenso COVID Colombia.
Hoy, la evidencia permite vislumbrar inmunidad con la vacuna de al menos un año, mejores protocolos para los pacientes hospitalizados y en unidad de cuidados intensivos (UCI), descifrar las huellas que deja el virus en el corto, mediano y largo plazo, seguir el comportamiento de las variantes del virus.
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Logros obtenidos con gran esfuerzo bajo condiciones sin precedentes de estrés, incertidumbre y dolor. Por eso, al hacer un alto y mirar hacia atrás, es imposible no conmoverse.
“He tenido muchos aprendizajes... no me pregunte porque es que duele mucho, duele mucho la gente”, dijo Saavedra en medio de llanto.
El sentimiento del doctor Saavedra, el hombre que está al frente del consenso nacional para el diagnóstico y tratamiento del COVID es el de miles de científicos y trabajadores de la salud que siguen entregando todo, en silencio, para resolver esta pandemia, que no tienen millones de ‘likes’ ni encabezan titulares o portadas de revistas, pero que sin duda son los verdaderos protagonistas de este momento histórico.
“Lo que he aprendido yo es que los héroes de verdad sí existen, no se creen héroes, no quieren protagonismo, trabajan todos los días, arriesgan la vida todos días y nadie los reconoce”, manifestó.
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La ciencia ha cumplido como nunca antes, incluso, la población general, a pesar de las fallas y los lunares que está acostumbrada a ver, ha hecho lo mejor que ha podido en unas condiciones excepcionalmente difíciles.
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“Hemos aprendido es a adaptarnos con dificultad, a estar encerrados y a torear todas estas dificultades, pero el virus y las bacterias son mucho más inteligentes que nosotros, pero hemos aprendido a actuar juntos. Eso es sin duda indiscutible”, expresó el infectólogo Gómez.
La lucha contra un enemigo común continúa todavía con enormes desafíos no solo desde el ámbito científico.
“La gente común debería cuidarse, debería proteger a toda su familia, no creer que esto es mentira; saber que el virus existe, que está con nosotros”, agregó el médico Saavedra.
“Seguimos siendo susceptibles a otras infecciones pandémicas y tenemos que prepararnos no solamente como país, sino como humanidad. Una estrategia global para poder minimizar el riesgo, estar mejor preparados para posibles pandemias así no ocurran”, aseveró el doctor Álvarez.
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“La rapiña por las vacunas es un problema muy serio que hay que pensar y sentarse a repensar qué ha pasado con la pandemia”, apuntó, por su parte, Jaime Castellanos.
La ciencia sola no podrá solucionar la crisis, necesita del liderazgo de los tomadores de decisiones y de la confianza de los ciudadanos. He ahí el mayor reto y la mayor lección de la pandemia del coronavirus COVID-19.
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