En el mundo, cada 3 minutos unniño
nace con pie equino varo, una enfermedad congénita en la que la posición torcida o la forma del pie del neonato afectará su manera de caminar. Expertos en el tema explican a profundidad el padecimiento y cómo debe ser tratado.
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Tan solo en Colombia alrededor de 800 niños al año vienen al mundo con pie equino varo, uno de los defectos congénitos de la extremidad inferior más comunes y que suele desencadenar problemas de movilidad en un niño saludable en otros aspectos.
Diego Fernando Ortiz, ortopedista infantil del Instituto Roosevelt, explica que el pie equino varo es una retracción de todos los músculos de la parte interna del pie que produce que los huesos del no nacido se formen en una mala posición.
Cerca de la mitad de los niños que nacen con esta condición tienen la malformación en ambos pies y suele afectar más a los varones con antecedentes familiares, enfermedades congénitas o en cuyos embarazos la madre haya consumido cigarrillo.
El especialista explica que el nombre de equino se le atribuye porque la posición del pie está hacia abajo.
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Así mismo, expone que, si no se hace nada para tratarlo mientras son niños, puede causar gran dolor y molestia al momento de caminar, pues suelen hacerlo con el pie hacia adentro apoyando el dorso.
Este mal congénito solía tratarse con una operación en la cual, según describe el ortopedista, se abre todo el pie, se ponen clavos y se alargan los tendones, algo que, aunque mejoraba la calidad de vida del paciente, también causaba grandes cicatrices y molestias.
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Sin embargo, ahora, gracias a los avances médicos, puede ser tratado con el método de Ponseti, un tratamiento menos invasivo que se comienza después del nacimiento y ayuda a prevenir la recurrencia de la malformación sin una reconstrucción quirúrgica.
"Es por medio de yesos. Uno va corrigiendo cada ocho días progresivamente el pie y ya cuando está en buena posición se hace un corte de milímetros en el tendón de Aquiles para poder enderezar el pie y que este quede normal", explica el doctor Ortiz.
Añade que, después de ello, el tratamiento se continúa hasta los 4 años con una férula en el pie, con lo cual, una vez terminado, el menor podrá caminar, correr y realizar sus actividades sin dolor.
En Colombia existen 15 clínicas especializadas que poseen los profesionales idóneos para tratar y corregir esta malformación desde edades tempranas.
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