Problemas de memoria, uno de las secuelas que deja el COVID-19: ¿cómo contrarrestarlos?

Una de las huellas persistentes y más asombrosas del COVID-19 tiene que ver con la afectación de la memoria varios meses después de la infección. Se habla incluso de la niebla mental.

Hace referencia a la dificultad o torpeza no solo para recordar cosas, sino también para concentrarse, expresarse, ordenar las ideas o incluso planear, así como hacer cálculos y usar, por ejemplo, herramientas como el celular.

Hay varias hipótesis sobre esto, pero lo que sí está claro es que hay que ir al médico, porque, con un diagnóstico adecuado, hay diferentes opciones de tratamiento para mejorar y que esto no termine afectando el desempeño diario.

Los síntomas neuropsicológicos poscovid son diversos y no suelen aparecer solos. Sin embargo, uno común a la mayoría de las personas es la pérdida de memoria.

“Más del 40 al 60% de los pacientes en algún momento de la enfermedad pueden reportar algunos síntomas de problemas en la memoria”, dijo Mauricio Medina, neurólogo cognitivo de la Asociación Colombiana de Neurología.

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Esto puede ser resultado de múltiples situaciones como depresión, complicaciones pulmonares, estancias prolongadas en UCI, antecedentes de problemas neuropsiquiátricos y otras comorbilidades, hasta efectos directos del COVID-19 en el sistema nervioso.

“Si la funcionalidad en el trabajo, es decir, la manera en cómo se desempeña, se ve alterada lo suficiente para que uno mismo, sus compañeros o su jefe se den cuenta, además de las cosas en su trabajo, tiene compromisos en el manejo de sus finanzas o tiene dificultades en la relación con sus pares, o tiene problemas familiares o en su independencia, su independencia se ve alterada”, añadió Medina.

Un diagnóstico adecuado con imágenes cerebrales, una evaluación de la parte afectiva y de las funciones mentales permitirán determinar el tratamiento.

Sin embargo, en otros casos más severos, se puede requerir también terapia física del lenguaje hasta rehabilitación neuropsicológica que está incluida en el plan de beneficios del sistema de salud y puede hacerse, según el paciente, a través de telemedicina.

“Los programas entre 1 y 2 meses, con 3 sesiones por semana, han mostrado ya una respuesta positiva en el paciente con el síndrome postcovid y problema cognitivo”, concluyó el neurólogo.

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Con este entrenamiento, la mayoría de pacientes pueden recuperar su desempeño a niveles iguales a los que tenían previamente al COVID-19.