Cada vez son más los jóvenes que, sin contar con una asesoría adecuada, están acudiendo a los potenciadores sexuales. Los expertos advirtieron sobre los riesgos de esta práctica. ¿Lo hacen por problemas físicos o por el miedo a pasar un mal rato íntimo?
Según David Gómez, administrador de una droguería, cada vez son más los jóvenes que acuden para comprar potenciadores sexuales: “Vienen y compran unas 10 o 15 cajas de ese producto”.
De acuerdo con Carlos Trujillo, urólogo, detrás de esta situación también están los estereotipos y situaciones que muchas veces son irreales: “Todo el mundo cree que son relaciones de 20 o 30 minutos como en las películas, que son penes gigantescos y que deben tener 5 relaciones en una hora. Realmente, la respuesta fisiológica del cuerpo no es así”.
Al parecer, el consumo de estos medicamentos se da en entornos de fiesta, según Trujillo: “Muchas personas, con miras en no fallar, conocieron una niña bonita, dicen que no pueden fallar, se toman un medicamento y empiezan a tener una dependencia psicológica, dicen ´si no me la tomo, me va a ir mal’”.
El uso excesivo y sin indicación médica de los potenciadores sexuales pueden traer múltiples efectos negativos.
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“Pueden tener impacto en la tensión arterial, que se baje o que se suba, puede dar taquicardia. Si se excede la dosis, los efectos se van a potenciar. Se pueden tener dolores de cabeza altos, desmayos o un problema cardíaco. Todos los hombres hemos tenido una falla, el que diga que no ha tenido un momento donde no se le paró o eyaculó antes de lo normal está mintiendo. Uno puede estar cansado, no tener ganas, estresado”, expuso Trujillo.
Recuerde que la autoexigencia es el primer paso al fracaso y una cadena de errores que no se resuelven con una pastilla. Tenga en cuenta que se debe informar y no automedicarse con este tipo de productos.
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