Una persona puede tener anemia por causas como la falta de hierro en la alimentación, sangrados crónicos como el producido por una úlcera gástrica, efecto secundario de medicamentos, problemas de los riñones, hasta distintos tipos de cáncer y enfermedades genéticas.
La primera recomendación es identificar por qué tiene anemia, antes de comprar hierro o vitaminas en la farmacia o la ingesta de jugos crudos con vísceras. Lo mejor es consultar al médico para saber cuál es el tratamiento más adecuado.
La anemia, que es la disminución de las células o glóbulos rojos en la sangre, es una condición frecuente, que afecta a tres de cada diez mujeres en edad fértil en el mundo. “Es mucho más frecuente en las mujeres por lo que perdemos sangre por la menstruación, todos los meses estamos muy susceptibles y necesitamos tener una buena suplencia de hierro”, señala Virginia Abello, hematóloga.
Pero no solo es común en las mujeres. Según la OMS, esta enfermedad afecta a uno de cada 5 niños entre los 6 meses y 5 años. Sus causas son múltiples, por eso hay que estar atentos a los síntomas como agotamiento, debilidad, mareos y no pasarlos por alto.
De hecho, hay gente “que empieza a tener ganas de comer hielo, de comer tiza o de comer tierra algunas veces incluso o comer cal”, precisa la hematóloga.
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“Es de aclarar que la anemia no se cura con comer, que es una creencia popular. Comiendo hígado, pajarilla, jugos de uva isabelina, esas cosas no mejoran la anemia. Definitivamente hay que ir al médico y hay que buscar tratamiento específico, por eso es muy importante consultar antes de que sea muy grave”, puntualizó.
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