Para Guillermo Contreras, un enfermero bumangués, trabajar en el sistema de salud en medio de la pandemia sacó su lado más resistente y bondadoso.
Trasladar en ambulancia a los pacientes y auxiliares ante una emergencia es el papel que cumple Guillermo desde hace 21 años en el Hospital Universitario de Santander.
Este auxiliar de enfermería contó cómo después de ver con sus propios ojos la tragedia de pacientes con COVID , le tocó encarnar ese mismo papel.
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“Se siente uno intranquilo, se siente como que ya la vida se le va a ir y pues siente uno que está en manos de Dios, primero que todo, y de los médicos que lo están tratando”, manifestó.
Trabajando fue que contrajo el COVID-19 y, como mostró una radiografía, en menos de una semana la enfermedad invadió sus pulmones. Respirar se le dificultaba y cada inhalación era espesa y desesperanzadora.
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En la unidad de cuidados intensivos del hospital fue atendido por sus propios compañeros.
“Los médicos fueron muy realistas y me dijeron la verdad, que si no mejoraba mi respiración y mi saturación de oxígeno me tenían que entubar. Uno se pone a pensar que si lo entuban es muy difícil que salga”, expresó Guillermo Contreras.
Milagrosamente, en 7 días, Guillermo salió de la UCI, volvió a la vida y en dos meses regresó al hospital para cumplir su juramento ético de salvar vidas.
“Esa fue la profesión que uno escogió y, hasta el momento, creo que lo he hecho bien y he conseguido para darle estudio a mis hijos, para comprar mis cosas y para salir adelante. No tengo sino agradecimiento con el hospital”, confesó este enfermero bumangués.
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La valentía de Guillermo, en medio de la tragedia que vive Santander porla muerte de más de 30 trabajadores de la salud por el virus , enorgullece a las directivas del hospital.
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“A pesar de la experiencia, rápidamente regresó a trabajar y hoy continúo aquí ayudándonos, apoyándonos y atendiendo pacientes que tienen COVID. Entonces, es una de las experiencias para resaltar aquí en la institución”, dijo la subgerente de servicios de enfermería del HUS, Marídela Márquez.
Un papá ejemplar, organizado y apasionado por el servicio, así es Guillermo, quien sin miedo, pero guardando respeto por el coronavirus, sigue demostrando que los héroes de la pandemia están en las clínicas y hospitales.