La nueva variante de COVID-19 detectada en Sudáfrica provocó que varios países europeos, donde la pandemia se recrudece desde hace semanas, decidieran cerrar sus puertas a los viajeros procedentes de varios estados del sur de África.
El primer país en blindarse fue Reino Unido, que anunció que prohibirá la entrada de personas procedentes de seis países de África: Sudáfrica, Namibia, Lesoto, Zimbabue, Botsuana y Esuatini (o Suazilandia).
Este viernes 26 de noviembre, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dijo en Twitter que se propondrá "activar el freno de emergencia para interrumpir los vuelos procedentes de la región del sur de África".
"La situación está evolucionando muy rápido, queremos tener las máximas garantías para frenar la expansión de esta variante", afirmó un portavoz de la Comisión Europea.
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Pero varios países, como Alemania, Francia e Italia, no esperaron el visto bueno de Bruselas.
"Lo último que necesitamos ahora es una nueva variante de COVID que cause más problemas", manifestó el ministro de Salud alemán, Jens Spahn, país donde el coronavirus avanza con fuerza desde hace semanas.
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Italia también anunció que prohibía la entrada en su territorio de cualquier persona que haya estado en el sur de África en los "últimos 14 días".
Sin embargo, la OMS, a través de su vocero Christian Lindmeier “recomienda que los países sigan aplicando un enfoque científico y basado en los riesgos (...). En esta fase, de nuevo, no se recomienda la aplicación de restricciones en los viajes”.
"Harán falta semanas"
El coronavirus ha dejado más de 5,16 millones de muertos en todo el mundo desde su aparición en China a finales de 2019, aunque la OMS estima que las cifras reales podrían ser muy superiores.
Europa, que ya superó los 1,5 millones de fallecidos en la pandemia, vive desde hace semanas un preocupante aumento de casos.
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La aparición de esta nueva variante de COVID-19 provocó además que las principales bolsas europeas abrieran con retrocesos superiores al 3% e impulsó a la baja el precio del barril de crudo.
La Organización Mundial de la Salud anunció que harán falta "varias semanas" para entender mejor el "impacto" de esta variante y determinar su virulencia.
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La nueva variante de COVID, B.1.1.529, tiene un número "extremadamente elevado" de mutaciones y "podemos ver que tiene un potencial muy alto de propagación", previó el jueves el virólogo brasileño Tulio de Oliveira, basado en Sudáfrica y director del KRISP, un centro especializado en el estudio del coronavirus en Durban donde ya se descubrió la variante beta el año pasado.
Sudáfrica, que es oficialmente el país más afectado por el virus en el continente, registró hasta ahora 22 casos de esta variante, principalmente de jóvenes, según el Instituto Nacional de Enfermedades Transmisibles (NICD, por sus siglas en inglés). También se registraron casos en el vecino Botsuana, en Hong Kong y en Israel, en una persona procedente de Malaui.
Nuevas restricciones por COVID
La noticia de esta nueva variante de COVID complica el panorama de Europa, que se encuentra de nuevo en el ojo del huracán de la pandemia. La OMS ha advertido de que puede haber 700.000 muertos adicionales en la región hasta marzo si no se toman medidas urgentes.
Varios países han empezado a reinstaurar restricciones y a intentar agilizar la vacunación de los ciudadanos reticentes y en muchos casos se enfrentan al hastío y rechazo social.
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El gobierno holandés tiene previsto anunciar un endurecimiento de las restricciones sanitarias, como el cierre de bares y restaurantes a las 17h00 locales y la Policía "se prepara" para nuevas manifestaciones y disturbios.
El país, donde ya está en vigor un confinamiento parcial, vivió el fin de semana pasado violentas protestas en diversas ciudades, Róterdam y La Haya, entre ellas.
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En Bélgica, el aumento de los casos y de las hospitalizaciones vinculadas al COVID es "superior a las previsiones más pesimistas", según el primer ministro Alexander De Croo, cuyo gobierno se reunirá de urgencia este viernes para decidir nuevas medidas.
En Francia, el gobierno también realizó anuncios sanitarios el jueves, sobre todo dirigidos a acelerar la vacunación y a incrementar las precauciones para evitar que el número de contagios se dispare.
En la Unión Europea en este momento, un 67,7% de la población ha recibido al menos dos dosis de la vacuna, aunque las diferencias entre países son notorias.