Investigadores sugirieron que el brillo puede suprimir la producción de melatonina, lo que altera el ritmo del sueño y los patrones de alimentación.
El informe, que se publicó en la revista de la asociación médica estadounidense, JAMA por sus siglas en inglés, se basó en una encuesta a casi 44.000 mujeres en Estados Unidos a las que les hicieron un seguimiento de cinco años.
La conclusión es que aquellas mujeres que dormían con luz artificial encendida en la habitación tenían un 17 por ciento más de probabilidades de aumentar mínimo cinco kilos.
Otra hipótesis es que la luz actúa como un "factor de estrés crónico" que interrumpe la liberación de hormonas como los gluco-corticoides, que participan en la regulación del metabolismo.
La luz proviene de diferentes fuentes, algunas con mayor impacto, desde pequeñas luces nocturnas de aparatos electrónicos en el dormitorio, hasta las luces de la calle que se cuelan por la ventana, o televisores y luces encendidas en la habitación.
Updated: junio 12, 2019 06:04 a. m.