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Mujer sufrió fuertes alucinaciones tras comer sushi que compró en una gasolinera

Después de comerse el sushi, esta persona desarrolló una psicosis que la enfermó durante meses. Un toxicólogo explica el motivo de la extraña reacción y cómo pudo ser curada.

Mujer sufrió fuertes alucinaciones tras comer sushi que compró en una gasolinera
La mujer recuerda que el pescado del sushi estaba un poco amargo, pero prefirió no pensarlo mucho y simplemente escondió el mal sabor con salsa de soya.
Pexels

Una mujer de 34 años perdió su salud física y mental tras comer un sushi que había comprado en una gasolinera cinco noches antes de consumirlo. Después de meses de tratamiento, los médicos descubrieron en su organismo un parásito común en personas de América Latina, Europa oriental, África subsahariana, India y Asia.

El toxicólogo Bernard Hsu explicó el caso a profundidad en su canal de YouTube. En el video, Hsu relata que la mujer, a quien nombraremos como Jenny, llegó tarde a casa después de un largo día de trabajo.

Por la hora, todos los establecimientos de comida estaban cerrados y no había mucho en su despensa, por lo cual vio como única opción el consumir un sushi que había guardado durante cinco noches en la nevera. Jenny ingirió la comida japonesa de arroz y pescado crudo que compró en una estación de gasolina porque creía que no podría dormir sin alimentarse antes.

Por su cansancio, realmente no lo masticó mucho, aunque recuerda que el pescado estaba un poco amargo, pero prefirió no darle mucho sentido y simplemente escondió el mal sabor con una buena cantidad de salsa de soya.

Un par de meses después, comenzó su calvario. El doctor cuenta que Jenny “se acostaba a las 11 p. m., pero daba vueltas y vueltas. Cerraba los ojos, pero no pasaba nada y podía ver cómo salía el sol a las 7 a. m. del día siguiente”. Esta situación le generaba mucha ansiedad y un sentimiento abrumador, como si el corazón fuera a salirse de su pecho.

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Así mismo, la mujer padecía de calambres en el estómago y materia fecal suelta y acuosa. Llegó a decirle a su esposo que “sentía como si un pez estuviera revoloteando en su vientre”. Para calmar su insomnio, comenzó a tomar suplementos de melatonina y aceites esenciales.

Como resultado de su falta de sueño y múltiples padecimientos, Jenny aseguró comenzar a ver pequeños insectos que se arrastraban por las paredes y que posteriormente fueron metiéndose bajo su piel.

Nueve meses después de haber consumido el sushi, comenzó a sentir molestias en manos y pies, y al levantarse observó que no pudo controlar sus esfínteres. Al ir a la sala de emergencias, los doctores realizaron exámenes de rutina, pero no pudieron encontrar ningún problema inmediato.

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Los doctores determinaron que sus síntomas estaban derivados a los altos niveles de estrés, por lo cual le recetaron magnesio, una mejor dieta y ejercicio.

A pesar de seguir todas las recomendaciones, sus síntomas se exacerbaron, en especial los episodios psicóticos, la desnutrición y la carencia de vitamina B12 en su organismo.

Al volver a urgencias, los doctores analizaron sus heces y encontraron miles de huevos que medían 40 por 60 micrómetros de largo. Al juntar los síntomas generales con la sensación de un “pez en el estómago”, los profesionales asumieron que podía tener un parásito identificado como tenia o solitaria.

El toxicólogo comenta que la evidencia apuntaba a que la gigantesca solitaria, identificada bajo la especie Difilobotrium latum, la cual había estado viviendo y reproduciéndose dentro del intestino de Jenny, provino de un pescado. “Esta especie tiene una afinidad única por la vitamina B12 y es bien conocida por competir con el huésped humano por el nutriente”.

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El parásito puede poner hasta un millón de huevos por día y vivir en el intestino humano hasta por una década. Con el problema identificado, los especialistas administraron un medicamento especial para eliminarlo, el cual paraliza al parásito y permite que el sistema inmunológico humano reconozca al organismo invasor y lo expulse del cuerpo.

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