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Mujer italiana murió después de comer una pizza en un restaurante: ¿qué le pasó?

La comensal disfrutó de una pizza con salsa de chile durante una cena con su pareja. Al día siguiente ella comenzó a sentir terribles dolores estomacales.

Murió después de comer una pizza
La mujer fue a comer una pizza con su esposo a un restaurante local y después comenzó a sentirse con indigestión -
Imagen de referencia Pixabay.

Una mujer italiana tuvo una cena fatal con su esposo después de que una pizza le causara una intoxicación alimentaria que acabó con su vida. El hombre se encuentra en un delicado estado de salud.

Según el Daily Mail, Gerardina Corsano, de 46 años, y su esposo, Angelo Meninno, de 52, fueron el sábado 28 de octubre de 2023 a comer una pizza a un restaurante de la ciudad de Ariano Irpino, al sur de Italia.

Después de ingerir el alimento regresaron sin problemas a su hogar, pero al día siguiente comenzaron a sentirse enfermos. Sus síntomas se prolongaron hasta el 31 de octubre, fecha en la que fueron hospitalizados en una clínica por constantes espasmos.

Corsano terminó falleciendo por una posible intoxicación alimentaria por botulismo, desencadenada, al parecer, por un condimento de chile contaminado que le habrían puesto a la pizza.

Según los especialistas, el botulismo es una enfermedad rara, pero grave, causada por una toxina que ataca los nervios del cuerpo. Los alimentos en conserva, envasados, preservados o fermentados de manera inadecuada pueden crear las condiciones para que aparezca esta toxina que puede causar dificultad para respirar, parálisis muscular y hasta la muerte.

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Este tipo de intoxicaciones son consideradas una emergencia médica y deben ser atendidas cuanto antes.

Meninno se encuentra hospitalizado y en un estado grave, sin embargo, los médicos son optimistas frente a su pronóstico y creen que podrá sobrevivir. Por el momento se adelantan investigaciones para esclarecer la muerte de la mujer.

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Un caso similar de intoxicación por botulismo ocurrió con una mujer brasileña que compró una botella de pesto artesanal en un mercado de agricultores y terminó paralizada durante un año.

"Recibí tratamientos todos los días de la semana, desde liberación miofascial hasta analgesia, láser, ventosas, pilates para recuperar el tono muscular, fortalecimiento y fisioterapia pulmonar", comentó la paciente, quien ahora dice ser más cuidadosa con la comida que compra y consume.

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