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Mitos y realidades sobre el cuidado de las heridas en casa: lo que usted debe saber

La correcta atención de las heridas es necesaria para una buena cicatrización; sin embargo, la desinformación sobre su tratamiento puede complicar el proceso de sanación.

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Uno de los mitos más comunes dice que cubrir una herida puede empeorarla. En realidad, es crucial realizar una limpieza inicial con agua y jabón para evitar una infección. Colocar una venda o un apósito adecuado no solo la protege de contaminantes externos, sino que también facilita su curación al absorber los líquidos que salen de ella.

Por otro lado, existe la creencia errónea que dejar una herida al aire libre favorece su recuperación; sin embargo, si es una cortada, un raspón e incluso una quemadura, cicatriza mejor en un ambiente húmedo y tibio. Dejarla expuesta puede retrasar su sanación, ya que al secarse se vuelve más vulnerable a infecciones.

Otro mito públicamente conocido es que cubrir una herida puede llevar a infecciones. La verdad es que un buen apósito puede disminuir la exposición a contaminantes y bacterias. El peligro proviene de una limpieza inadecuada antes de poner el apósito.

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La picazón durante el proceso de cicatrización puede ser una señal normal de que la herida está sanando, pero es fundamental no rascarla. Si la comezón va acompañada de enrojecimiento intenso, pus o dolor, se debe buscar atención médica, para descartar posibles complicaciones.

Una cicatrización excesivamente lenta puede indicar problemas de salud como diabetes o trastornos circulatorios y debe ser evaluada por un profesional. Además, la presencia de una costra no siempre es un signo de curación rápida. Aunque esto puede parecer positivo, en ocasiones ralentiza la formación de nueva piel. Lo más recomendable es mantener la escara hidratada y no arrancarla salvo indicaciones médicas.

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El uso de remedios caseros como el café, para detener el sangrado o cerrar la herida, es erróneo y puede empeorar la situación, contaminando la lesión. El tratamiento ideal para proteger la herida es que esté cubierta hasta que sane completamente.

Finalmente, el agua del mar, aunque parece una opción natural, puede tener gérmenes y contaminantes que aumentan el riesgo de infección, especialmente cerca de las costras. Para una limpieza adecuada, el agua y el jabón siguen siendo las opciones más efectivas para lesiones superficiales, desmintiendo la idea que estos no limpian correctamente las heridas.

Conocer y aplicar la verdad sobre el cuidado de las heridas es esencial para asegurar una recuperación rápida y efectiva. Es importante dejar los mitos a un lado y seguir prácticas basadas en evidencia, para proteger la salud.

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