En Colombia hay 1.034 ventiladores chinos marca Eternity SH300 sin usar. Según el Invima, se han reportado graves fallas que le han costado la vida a varias personas.
“Debido a que presentaron reportes de efectos adversos serios donde seis pacientes murieron, por lo tanto, el Invima como autoridad sanitaria tiene la obligación de proteger la salud y la vida de las personas”, explica Lucía Ayala, directora de dispositivos médicos Invima.
La solicitud la hizo Nicolás García, gobernador de Cundinamarca, departamento que adquirió 134 dispositivos de esta marca.
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“¿Podemos utilizarlos? No podemos utilizarlos y en ese caso podemos no girar esos recursos y habilitarlos para comprar nuevos equipos”, señala García.
La respuesta del Invima es enfática: no se pueden utilizar.
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“En relación con la alerta por los ventiladores mecánicos Eternity SH300 le reiteramos, así como lo hemos hecho por escrito, que estos ventiladores no se pueden utilizar”, subraya Ayala.
Ante este panorama, la Gobernación de Cundinamarca también consulta por los ventiladores fabricados en el país.
“También necesitamos una respuesta acerca de los ventiladores de la Universidad de La Sabana, ahí tenemos cerca de 235 ventiladores que pueden salvar vidas de cundinamarqueses, de bogotanos de colombianos”, manifiesta García.
Hasta el momento hay tres proyectos de ventiladores fabricados en Colombia, siendo el de la Universidad de La Sabana el más adelantado. La directora de dispositivos dice que las pruebas realizadas hasta el momento aún no son satisfactorias para que el Invima entregue su aval.
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“Encontramos que los requerimientos son de seguridad y eficacia donde el ventilador no mantiene los parámetros ventilatorios que permitan asegurar que no va a haber lesiones en los pulmones”, agrega Ayala.
Los investigadores de la Universidad de La Sabana dicen que trabajan incansablemente por hacer las precisiones de sus equipos.
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“Nosotros hemos venido haciendo todas las evaluaciones preclínicas y estamos en el proceso de evaluación sobre cómo se desempeñó el equipo en esas pruebas”, indica Juan Carlos Camelo, director de Proyección Social de la Universidad de La Sabana.
Una vez hechas las correcciones y cumplidos los requerimientos del Invima, entre la Universidad de La Sabana, Challenger, empresa privada que se unió a este esfuerzo, e Indumil tendrían disponibles casi 500 dispositivos para ser usados.