Hoy ya sabemos que el COVID-19 puede volver a dar. Así hayamos tenido coronavirus asintomático, leve o grave, eso no es garantía de que no habrá una reinfección, por lo que no podemos pasar por alto “una gripita” y ponerle el ojo a una posible infección respiratoria.
Incluso, si uno está vacunado, puede infectarse o reinfectarse, pero, ojo, la diferencia es que el hecho de que nuestras defensas ya reconozcan al virus disminuye sustancialmente la probabilidad de un COVID grave, de ahí la importancia de la vacunación y de los refuerzos.
Y precisamente como el COVID leve es difícil de diferenciar de otros virus, no podemos olvidar que hay personas que, a pesar de estar vacunadas o incluso que estuvieron infectadas, pueden enfermar gravemente y morir.
“Lo que estamos viendo es que personas con síntomas respiratorios van a los conciertos, van al colegio, a trabajar, no usan bien el tapabocas, comparten la alimentación y dicen ‘es una gripa’, pues puede ser COVID y esa ‘gripa’ puede que a usted no lo afecte, pero al papá de la persona que está al lado sí”, enfatiza el infectólogo Carlos Saavedra, coordinador del Consenso Colombiano de Atención, Diagnóstico y Manejo de la Infección por COVID-19.
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Hoy la PCR ya no es para todo el mundo, por eso, más que pedir una prueba para saber si es COVID o no, lo que debe quedar claro es que quien tenga síntomas gripales, independiente de la causa, debe protegerse y proteger a los demás.
Aún no es claro cuáles factores adicionales harían que ciertas personas se reinfecten o hagan un cuadro grave. Por eso, teniendo en cuenta que la protección de las vacunas disminuye con el tiempo, en especial en personas mayores o con problemas de las defensas, la mejor recomendación en este momento es completar con el segundo refuerzo. Además, del uso del tapabocas, el distanciamiento y, ojalá, el aislamiento en caso de tener síntomas.