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En el Día Mundial de la Higiene de Manos es importante reconocer este hábito que no puede pasar de moda. Se trata de una práctica que se reforzó en pandemia, pero que con el tiempo algunos olvidaron.
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Hay personas que, por ejemplo, entran al baño y salen sin lavarse las manos. Y resulta que cuando la higiene es adecuada, automáticamente se reduce el riesgo de infecciones, principalmente digestivas y respiratorias. Y no solamente en quien se lava las manos, sino en los más vulnerables que están alrededor, es decir, niños o personas con las defensas bajas.
¿Es consciente de cuántos objetos, productos y personas toca al día?
Se estima que al menos son 150, lo que hace que fácilmente las manos se contaminen con microorganismos, algunos de ellos que pueden generar problemas para la salud. Por eso es importante la frecuencia con la que se lavan las manos.
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No es exagerado decir que lavarse las manos salva vidas. Según el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos, esta práctica ayuda a disminuir enfermedad diarreica en las personas con sistemas inmunitarios débiles en un 58%, reduce el ausentismo escolar por enfermedad gastrointestinal hasta un 57%.
“Las enfermedades más frecuentes son enfermedades diarreicas o enfermedades respiratorias. Entonces sí hay un número importante de disminución de estas infecciones. En diarrea se disminuye más o menos el 30% y en infecciones respiratorias podemos disminuir un 20%”, señaló Adriana Merchán, coordinadora de epidemiología de la Fundación Santa Fe.
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En el Día Mundial de la Higiene de Manos se debe practicar en la cotidianidad este hábito sencillo que se reforzó en pandemia.
Recuerde que para el lavado de manos solo se necesita agua, jabón, una toalla limpia y hacerlo durante mínimo 40 segundos. Tenga en cuenta que no hay una frecuencia ideal para esta práctica.
“Frotamos palma con palma, palma con dorso, cambio de mano, hago el abracito, hago el candado para un lado y lavo los nudillos. Candado para el otro lado, lavo los nudillos, los dedos gordos. Si tengo uñitas largas, uña por uña, retiro la suciedad”, afirmó la especialista.
Hay momentos innegociables para hacer el lavado de manos, como antes de comer, cocinar, después de ir al baño y manipular basuras.
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