Las mujeres aún enfrentan muchos desafíos en diferentes aspectos laborales y sociales, pero incluso en materia de salud. Está documentado que las mujeres tienen peores resultados en salud que los hombres.
Las mujeres reciben diagnósticos tardíos o equivocados en más de 700 enfermedades. Si se compara con los hombres, se debe partir del hecho de que tienen necesidades particulares que no han sido bien reconocidas y que hay condiciones que las afectan de una manera puntual.
Hay un fenómeno global claramente conocido y es que las mujeres viven más años que los hombres. Sin embargo, detrás de esto hay una realidad de la que poco se habla.
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“Las mujeres viven más, pero con peor salud que los hombres; viven un 25% más de sus vidas con peor salud. Hay cuatro razones: ciencia, atención, datos y financiación”, indicó Valentina Sartori, miembro del Instituto de Salud de McKinsey.
Todo esto lleva, por ejemplo, a que las mujeres reciban diagnósticos más tardíos no solo en condiciones propias como la endometriosis.
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“Hemos visto que se necesitan entre 7 y 11 años para que se diagnostique la endometriosis, una condición que no es rara”, señaló Sartori.
Incluso en la diabetes, las mujeres son diagnosticadas tres años más tarde que los hombres, y hasta puede llevar más tiempo con otras enfermedades. Por ejemplo, en condiciones cardíacas hay cinco veces más probabilidad de que una mujer reciba un diagnóstico erróneo que un hombre, por eso es necesario visibilizar y cerrar esta brecha.
“Nos hemos dado cuenta de que la salud de la mujer no ha sido una prioridad para la propia mujer, para el propio sistema de salud, para los médicos, para la comunidad científica”, dijo Marieli Alfonzo, gerente general de Roche Pharma Colombia.
En países como el nuestro, los retos son enormes; a temas de acceso se suman aspectos culturales, étnicos y sociales.
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Así lo aseguró María Isabel Cabarcas, integrante de la Fundación Compartamos la Felicidad: “Imaginemos cuáles son las concepciones culturales que dentro de la cosmovisión de los pueblos originarios se tienen respecto del propio cuerpo, lo femenino y la salud. Esto implica un concepto mucho más integral, no solamente la salud física, sino el bien ser, el bien hacer y el bienestar”.
Reconocer y aplicar el enfoque diferencial permite una verdadera adherencia y mejores resultados; por eso iniciativas como consultorios rosados y rutas saludables se han enfocado en aspectos como educación y diagnóstico temprano a mujeres de diferentes territorios con un impacto positivo.
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“Hay que tener una mirada diferente y diferenciada; y lo que hacemos allí es asegurar jornadas de diagnóstico. Nos aseguramos de dejar capacidades instaladas en ese territorio que aseguren que de ahora en adelante pueda tener todo el conocimiento necesario desde su atención primaria, que es lo que normalmente hay y es lo que debe tener, para poder atender a estas mujeres”, recalcó Alfonzo.