A diario en los reportes oficiales es evidente que cifras de contagios y muertes siguen creciendo y que han hecho de esta tercera ola de COVID-19 la más fuerte, larga y dolorosa de esta pandemia. El virus avanza y medidas como la vacunación también, pero ambos a velocidades diferentes.
“Muy seguramente estos valores altos en UCI, en mortalidad, se van a mantener hasta mediados de julio. La gente se pregunta por qué pasa esto si hemos aumentado la vacunación, pero no lo suficiente. La cobertura en este momento es casi del 10, 11% en la población considerada más vulnerable”, explica Luis Jorge Hernández, médico salubrista y epidemiólogo.
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Por supuesto, ver la vacunación como la única salida es equivocado porque, aunque su impacto ha sido notable en muchos países, hay múltiples factores que llevan a que los contagios sigan disparados.
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“Uno de los factores más importantes es posiblemente la dinámica misma de la epidemia que implica un aumento y posterior disminución de la velocidad de ocurrencia de nuevos casos, que es lo que llamamos las olas epidémicas. Entonces mientras subsistan en la población personas susceptibles y personas infecciosas el contacto entre estos grupos va a dar lugar a la aparición de nuevos casos”, señala Javier Narváez, epidemiólogo y médico salubrista.
No relajar medidas en tercera ola de COVID
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Es claro que aún quedan muchas personas susceptibles, ya sea porque no les ha dado COVID o porque no se han vacunado.
“Por un lado reforzar vacunación, segundo reforzar PRASS (pruebas, seguimiento y aislamiento selectivo sostenible), seguir haciendo pruebas en población selectiva, haciendo cordones sanitarios y aislamientos selectivos. En esto también hemos fallado debemos estar implicando 4 a 10 contactos por caso y estamos identificando menos de 2. Vacunación PRASS y autocuidado son las medidas en este momento mientras salimos de este tercer pico pandémico”, dice Hernández.
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Tampoco se puede caer en falsas seguridades. El que haya recibido una dosis de la vacuna tampoco se traduce en que baje la guardia, incluso ni siquiera si tiene el esquema completo. Por otro lado, que haya reactivación económica no quiere decir que esto se acabó, al contrario: hay que extremar medidas porque aumenta la movilidad y por lo tanto el riesgo.
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“Acciones con consecuencias en salud pública pueden aumentar o disminuir dentro de la ola, hacerla más rápida o más lenta, pero no van a desaparecer mágicamente los casos. Entonces cabe preguntarse ¿qué estamos haciendo para mitigar la intensidad de esta epidemia?, y la verdad es que debido a la necesidad de reapertura económica, en este momento, las restricciones sobre movilidad y comercio son mínimas, también las personas han relajado mucho las medidas de protección individual como el uso de tapabocas y distanciamiento físico, no es posible aumentar en este momento la disponibilidad de unidades de cuidados intensivos para la atención de las personas con enfermedad severa”, subraya Narváez.
Un ingrediente adicional a este complejo contexto es el de las nuevas variantes.
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“Estos nuevos linajes virales aumentan de una manera significativa el riesgo de infecciones y es por esa razón que los ya contagiados si no se vacunan tienden a reinfectarse por las nuevas variantes. Con esto en la ecuación seguimos aumentando el número de contagios y también el número de muertes por eso es importantísimo hacer autocuidado”, manifiesta Christian José Pallares, médico epidemiólogo.
Esto no ha terminado por el hecho de que le haya dado coronavirus o de que se haya vacunado. Este es un proceso dinámico en el que todas las medidas suman y una no reemplaza a las demás, al contrario, se complementan.