Un hombre en Reino Unido sufrió una fractura durante el acto sexual, una situación que no se habría hecho pública de no ser por la rareza del asunto. El paciente tuvo una fractura de pene vertical, cuando lo común es que ocurra de forma horizontal.
Lo atípico del caso llevó a que especialistas lo publicaran en la revista científica BMJ Case Reports.
Este reporte indica que la fractura de pene se define como desgarro de la túnica albugínea que rodea el cuerpo cavernoso. Aunque se trata de términos médicos, en palabras más sencillas la fractura ocurre cuando el miembro erecto se somete a una fuerza de flexión anormal (se dobla), lo que termina en un desgarro, generalmente de forma horizontal.
Sin embargo, la fractura durante el acto sexual que padeció este paciente se dio de manera vertical. Según los urólogos, “su pene se dobló al presionarlo contra el perineo de su pareja”.
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Lo común cuando ocurren estas situaciones es que, además del dolor, haya manifestaciones como el sonido del desgarro, que la piel del pene se enrolle sobre un hematoma y, por supuesto, que se termine el estado de erección. No obstante, como ya se ha dicho antes, el hombre no tuvo una gran hinchazón y la erección disminuyó, pero gradualmente.
Consciente de que algo andaba mal, acudió a los médicos, quienes practicaron una resonancia magnética, procedimiento que generalmente no es necesario en estos casos. Con las pruebas, confirmaron que la fractura durante el acto sexual era un desgarro vertical de tres centímetros, que se manifestaba a lo largo, alrededor de la mitad del eje.
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El cuerpo médico a cargo de esta investigación indicó que no ha habido reporte de este tipo de fractura, pues la mayoría se presenta horizontal y no verticalmente.
Tras la fractura durante el acto sexual, el paciente de 40 años tuvo que ser sometido a una cirugía. Para fortuna de él, la recuperación fue satisfactoria y pudo volver a tener relaciones pasados seis meses, con erecciones de la misma calidad.
A pesar de esto, por tratarse de la primera fractura vertical, los médicos no están seguros de las posibles consecuencias a largo plazo.