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Hombre desahuciado se recuperó luego de que los médicos le pidieran a su familia despedirse

Los médicos le dijeron a la familia del hombre desahuciado que tenía los días contados, así que lo mejor era despedirse por si no lograba superar la neumonía que lo tenía postrado en la cama, inconsciente.

Un hombre desahuciado se recuperó, luego de que los médicos le pidieran a su familia despedirse
Tras colapsar en el partido de fútbol de su hijo, luego de patear la pelota y caer de costado en la cancha de juego, White fue trasladado en una ambulancia a urgencias del centro asistencial, donde los médicos le dieron un devastador diagnóstico.
Imagen de referencia, Pexels.

Freddy White fue diagnosticado con fibrosis quística cuando tenía tan solo cinco meses de edad, así que los médicos le dijeron a sus padres que no podría llegar a los 12 años vivo. Sin embargo, el niño que había sido desahuciado se hizo más fuerte y logró ponerse en forma a medida que crecía.

De acuerdo con White, solía jugar fútbol hasta dos veces por semana y su enfermedad se mantuvo al margen hasta que cumplió los 38 años, cuando la fibrosis lo golpeó de repente.

“Me di cuenta de que ya no podía jugar al fútbol y cuando me lanzaba por la pelota podía sentir que me ardían los pulmones. Fui a los médicos y no fueron buenas noticias”, señaló el hombre, quien hoy tiene 45 años, en el medio británico Mirror.

Según el medio especializado Mayo Clinic, la fibrosis quística es una enfermedad hereditaria que puede causar daños graves en los pulmones, el sistema digestivo y otros órganos del cuerpo, debido a la acumulación de mucosidad en las vías respiratorias y los conductos que transportan enzimas digestivas desde el páncreas hasta el intestino delgado.

Si bien hay disponibilidad de tratamientos que ayudan a reducir los problemas derivados por esta afección, la esperanza de vida está ubicada, en promedio, entre los 30 y los 50 años.

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A raíz de esta enfermedad, Freddy White, nacido en la ciudad de Edimburgo, Escocia, se ha mantenido visitando frecuentemente el hospital Western General, donde ha sido atendido durante los últimos seis años, luego de perder la vista.

“Perdí la vista en mi ojo derecho, mi pulmón colapsó cuando tuve vasculitis y mi fibrosis quística estalló por primera vez desde que era niño”, señaló el hombre en una entrevista con un medio local.

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Tras colapsar en el partido de fútbol de su hijo, luego de patear la pelota y caer de costado en la cancha de juego, White fue trasladado en una ambulancia a urgencias del centro asistencial, donde los médicos le dieron un pronóstico devastador.

El hombre fue desahuciado poco después de ser encontrado en la habitación del hospital, inconsciente, con una sobredosis de morfina. “Tenía neumonía, estaba tomando morfina y medicamentos fuertes para el dolor. Me pusieron en la sala 54 y alguien del equipo de fibrosis quística me encontró inconsciente en mi habitación, había tomado una sobredosis de morfina porque mis riñones no estaban eliminando nada”, detalló en Mirror.

“Me tuvieron que traer de vuelta a través de una inyección de adrenalina y fue como si me cayera un rayo: sientes todo tipo de sensaciones y dolores a la vez”, agregó.

Luego de este procedimiento, los médicos le aconsejaron a la familia de Freddy White que se despidieran de él porque tenía pocas probabilidades de sobrevivir. “Todo lo que recuerdo es a mi pareja sosteniendo mi mano y diciendo: 'Freddy, necesitas superar esto'. Ella me dijo una y otra vez 'sé que puedes luchar contra esto', mientras yo entraba y salía de la conciencia”, contó.

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“Eso es todo lo que pude escuchar claramente durante este tiempo, eso y las lágrimas húmedas de mi hijo en mi estómago mientras me abrazaba y lloraba. Sabía que tenía que luchar por los dos”, aseguró.

En ese momento, el tratamiento comenzó a hacer efecto y White comenzó a recuperarse rápidamente, como si se tratara de un milagro: “En cuestión de semanas estaba sentado, hablando y finalmente encontré la fuerza para comenzar a caminar de nuevo”.

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Por ahora, Freddy White sigue tomando analgésicos para mejorarse y se mantiene firme en la idea de llevar su proceso con calma, ya que las infecciones derivadas de la fibrosis quística cada vez lo golpean más fuerte y sus probabilidades de recuperarse disminuyen con el tiempo.

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