Son varios los países en los que el avance rápido de ómicron ha mostrado un menor número de hospitalizaciones que en oleadas anteriores. Aun así, todavía no se puede concluir de manera tajante que esta variante sea menos virulenta.
La facilidad de ómicron para transmitirse no debe subestimarse porque el gran número de casos puede poner en mayor riesgo a los más vulnerables.
“El hecho de que sea mucho más transmisible implica que se deban aislar a las personas contagiadas porque se vuelven potenciales reservorios de infección a otras personas, y esto es de sumo cuidado particularmente en esa población no vacunada. De hecho, en Nueva York se ha observado un aumento significativo en las hospitalizaciones en menores de 12 años, debido a esta variante ómicron, lo cual es evidencia de que aquella población que no está vacunada está en alto riesgo de desarrollar un COVID grave”, explica el profesor Juan David Ramírez, asociado de ICANH School of medicine Mount Sinai.
Este virus nos ha demostrado que no podemos subestimarlo y, teniendo aún tantas personas susceptibles, debemos continuar con las medidas.
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Esta variante ómicron, además de buscar a quienes aún no se han contagiado, ya ha demostrado su capacidad de volver a infectar a quienes ya tuvieron COVID y a quienes se han vacunado, de ahí la importancia del refuerzo en la vacunación y complementar con las demás medidas.
“Entre más posibilidades le demos al virus de transmitirse, más oportunidades le damos de cambiar. Así pueden ocurrir nuevas mutaciones que pueda llegar a generar un COVID más severo”, profesor Juan David Ramírez.