Dos carreras paralelas se corren en el mundo en el arranque del 2021. Por un lado, la propagación del coronavirus , que avanza sin freno y ha contagiado a más de 86 millones de personas, y, por el otro, los mitos y noticias falsas sobre la vacuna contra el COVID-19 que actualmente circulan.
“Confiado, confiado, no estoy, pero sí toca aplicársela porque se están muriendo muchas personas”, señala, por ejemplo, el ciudadano Carlos Alfonso.
Jorge Poveda es un ciudadano que reconoce que “hay algunos comentarios en contra” de la vacuna, pero que sí se “la aplicaría”.
El miedo se socializa especialmente en las redes, donde se encuentran todo tipo de comentarios, pues incluso hay quienes sugieren que con la vacuna les implantarán un chip a las personas para controlar el mundo.
Publicidad
“No existen microchips que tengan la capacidad de pasar por una aguja hipodérmica, por tanto no es posible pasar un chip cuando se vacuna a alguien. Eso es ciencia ficción”, sostiene el epidemiólogo Jaime Ordóñez.
También están los que argumentan que, como la pandemia no existe, la vacuna no es necesaria.
Publicidad
“Antes de finalizar este mes habrán muerto más de dos millones de personas en el mundo por esta causa, son demasiadas muertes para considerar que es un complot mundial”, destaca Ordóñez.
Y otros a los que les preocupan los posibles efectos secundarios. De hecho, hay personas que creen que les van a inyectar el virus y que el inmunizante produce infertilidad.
“Ese mensajero no tiene la capacidad de entrar al núcleo de la célula, que es donde está nuestro ADN. Por eso, no es posible que se realicen efectos adversos como la esterilidad. Por esa razón, los adultos mayores y personas con enfermedades no tienen riesgos adicionales”, señala el epidemiólogo.
Lo que sí no es mito, puntualizan los expertos, es que con la vacuna no se puede hablar del fin de la pandemia.
Publicidad
“Las vacunas no evitan las enfermedades, es la vacunación la que previene las enfermedades y ese es un proceso largo y complejo. Estamos hablando de 35 millones de personas por lo menos, eso determina que el retorno a la normalidad sin tapabocas y sin distanciamiento físico no será por lo menos hasta el 2022”, indica Ordóñez.
Lo cierto es que en las calles hay un gran deseo de que llegue ya la vacuna, pues en ella están puestas las esperanzas de quienes confían en la fórmula para proteger a la familia. Sin embargo, hay que mantener los cuidados.
Publicidad