El consumo de alcohol en menores de edad es un tema que no se debe normalizar. Los expertos advierten que los riesgos son más graves de lo imaginado.
No se puede seguir pensando que hay que darles a los menores a probar, o que es mejor que consuman bajo la supervisión de la familia, de los papás o los tíos, eso no los protege; al contrario, abre una puerta muy peligrosa ya que es una sustancia tóxica que sí tiene efectos negativos en un adulto, imagine lo que producen un cuerpo en desarrollo.
Los riesgos no son solo de intoxicaciones agudas, sino de daños neurológicos de órganos como el hígado, y del inicio de consumo de otras sustancias.
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¿Cuál es la edad promedio de inicio de consumo de alcohol en menores de edad en Colombia?
La edad promedio de inicio de consumo de alcohol en Colombia es de 13 años, según datos del Estudio Nacional de consumo de sustancias psicoactivas en población escolar.
“Alrededor de 30% de la población escolar consume habitualmente alcohol; es decir, que reportan haber consumido alcohol los 30 días anteriores a la realización de la encuesta. Eso significa que más de 1 millón de estudiantes en Colombia consumen este producto”, explicó Blanca Llorente, directora de investigación Fundación ANÁAS.
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Por otra parte, Leonardo García, consultor en uso de sustancias psicoactivas OPS, explicó: “Tienen más riesgos de usar otras sustancias psicoactivas, por ejemplo, pero también de desarrollar dependencia a esas sustancias que se consumen. También de desarrollar problemáticas de salud mental como: depresión, ansiedad”.
También el consumo temprano de alcohol afecta la toma de decisiones e incluso el coeficiente intelectual, y algo sorprendente de esto es que, contrario a lo que se pudiera pensar, con frecuencia la primera vez no inicia con los amigos, sino que en casa son familiares, quienes usualmente son los que ofrecen el primer trago.
“Muchas veces niños, niñas, adolescentes abren la nevera y no encuentran seguramente un yogur, un jugo, una soda, sino encuentran una variedad amplísima de bebidas alcohólicas, y, evidentemente, allí están los riesgos”, complementó García.
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Además de la disponibilidad, el acceso por los bajos precios, la amplia y agresiva publicidad, son otros factores detrás de esta grave situación.
“Estamos constantemente bombardeados de publicidad que construye un discurso muy positivo sobre el alcohol y que lo normaliza, sobre todo con mensajes dirigidos a niños, niñas y adolescentes que asocian el alcohol con la amistad, con la celebración, con el éxito”, adujo Llorente.
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La idea es que empecemos con límites y ejemplo desde el hogar.
“Podemos brindar perfectamente sin una bebida alcohólica; que para bailar seguramente se necesita estar con la persona que quiero y con la música que me gusta y que no necesariamente para dar un abrazo de fin de año tenemos que estar con nuestros sentidos alterados. Yo creo que es una invitación para que en navidad nos transformemos en actores protectores para beneficiar la calidad de vida de los niños, niñas y adolescentes”, concluyó García.
Los datos no mienten: cada 10 segundos una persona muere por causas relacionadas con el consumo de bebidas alcohólicas.
La lista detrás de estas muertes prevenibles es larga: lesiones, enfermedades digestivas, cardiovasculares, enfermedades transmisibles y hasta cánceres.