Durante años, la enfermería fue una profesión exclusiva de las mujeres. Se partía del hecho de que solo ellas poseían un don natural para el cuidado, pero esto ha cambiado y cada vez se involucran más los hombres.
“El paradigma de que la enfermería es solo para mujeres hay que romperlo. Los hombres también estamos en esta área, nosotros también podemos generar el cuidado”, dice Omar Hernández, que se desempeña como jefe de enfermería de urgencias en el Hospital Infantil San José, en Bogotá.
Raúl Pachón también es enfermero profesional, ejerce desde hace 14 años y, a partir de su experiencia, considera que “como hombres también podemos brindar calidez, humanización, tenemos la posibilidad de acercarnos mucho a los pacientes”.
Sin duda, la más dura prueba para ellos, como para la mayoría, vino con el COVID-19. Pachón, incluso, perdió a su mamá.
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A pesar de los años de experiencia, cada día es un aprendizaje y en eso coincide Omar que, con solo 2 años de ejercicio profesional, ya es jefe de enfermería de urgencias gracias a la que ha llamado su maestra: la pandemia.
“Yo llevaba 6 días de vida profesional y yo ya estaba intubando un paciente”, recuerda. Admira, respeta y aprende de sus colegas mujeres, aun así quiere que más hombres se conviertan en enfermeros. Tiene claro que todos juegan un rol fundamental en la salud.
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Hoy, esperan que el reconocimiento recibido durante la pandemia no pase al olvido, que sigan recibiendo el respaldo de la comunidad, de las empresas y del Estado, por ejemplo, en cuanto a condiciones laborales y mejor trato.
Omar y Raúl representan a cientos de profesionales entregados que anteponen muchas veces el bienestar propio por el de los demás y que no se arrepienten de hacerlo. Es amor y vocación por lo que hacen.