Una enfermera
colombiana que vive en Estados Unidos muestra que la calidad del talento humano latino sobrepasa las barreras del idioma. La profesional, quien ingresó a Norteamérica sin saber inglés, fue elegida como la mejor de todo el sistema de hospitales de Jackson, una de las redes de salud más prestigiosas del dicho país.
Cuando era soltera, Yamileth Tosse Buitrago se formó en enfermería en Colombia, donde ejerció por varios años, hasta que hace dos décadas el amor la impulsó a mudarse a Florida, donde tuvo que prepararse arduamente para conseguir la licencia que la habilitaría a trabajar en el sector salud como migrante.
“Colombia te fortalece como líder también porque uno en enfermería tiene que tener un liderazgo”, comenta Yamile, asegurando que en el país las enfermeras no solamente hacen ese cuidado directo del paciente, sino que van un poco más allá.
Años de trabajo le permitieron ingresar a ser parte de la Red de Hospitales Jackson Memorial, una de las instituciones de salud más destacadas de la región, en la cual laboran 14.000 empleados y 5.000 de ellos están en el área de la enfermería.
Siete años de labor en el servicio, los cuales fueron atravesados por una pandemia, destacaron la calidad de su trabajo, por lo cual decidieron entregarle un galardón como la mejor profesional en enfermería de la institución.
“Es una de nuestras enfermeras más fuertes en neonatología y tiene una energía enorme. La llamamos cariñosamente nuestra conejita energizante. Siempre está dispuesta a ayudar a sus compañeros. Hace todo lo que puede para el éxito de los bebés y las mamás”, declaró Cindy Reyes, coordinadora de la Unidad Neonatal del Jackson Memorial.
Maritza Gómez, una de sus compañeras dentro del área neonatal, aseguró que Yamileth se destaca por sus capacidades para trabajar en equipo y su disponibilidad para brindar una amiga a sus compañeros. “Ella te ayuda, como sea, está mirando siempre quién necesita su apoyo... Es una persona que le importan sus pacientes y va más allá”.
Y el poner ese plus en sus atenciones fue lo que la hicieron merecedora del reconocimiento, cuando identificó los signos de alarma de que algo andaba mal en una paciente que acababa de ser madre, salvándole la vida.
Su pasión por la profesión la ha llevado a continuar capacitándose, por lo cual ahora está cursando una maestría. Confiesa que, al mirar atrás, agradece cada experiencia vivida, pese a los altibajos que implicó cada una.
“Todo se logra. Cuando uno lucha y se focaliza por un sueño, uno lo logra”, concluyó la condecorada.
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