El ejercicio no solo mejora el estado de ánimo. Un nuevo estudio concluye que es un antidepresivo eficaz. ¿Qué efectos neurológicos produce, qué actividades tienen más efecto y qué dicen los especialistas?
El ejercicio físico no solo relaja, disminuye los niveles de estrés y de tensión, y mejora la concentración y la atención, efectos que son inmediatos por una serie de sustancias que produce. También, en personas que ya tienen un diagnóstico como tal de depresión o ansiedad produce efectos muy positivos, por lo tanto, es una herramienta esencial a tener en cuenta en el tratamiento, sin contar con las consecuencias a nivel físico.
“Es más, hay estudios que demuestran que una persona que realiza actividad física va a tener una mejor acción del medicamento antidepresivo y menores efectos secundarios de este medicamento, siempre teniendo presente que la actividad física debe ser prescrita”, explica Diego Francisco Vargas, psiquiatra de la Clínica Monserrat.
Y es que los efectos neurológicos son claros y significativos, como aumento del flujo sanguíneo.
“A corto plazo, en el impacto de las emociones y lo que evidencia la gente inmediatamente después de hacer ejercicio y esto se ve también en el impacto de sustancias cerebrales como la noradrenalina, la serotonina, la dopamina. Los efectos a largo plazo son la generación de nuevas células a nivel cerebral, sobre todo en el hipocampo, que es una estructura enfocada en funciones como el aprendizaje y la memoria”, enfatiza el experto.
El ejercicio beneficia a hombres y mujeres de todas las edades, incluso, algunos estudios han mostrado que nunca es tarde para empezar a realizarlo.
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“Este estudio nos muestra que actividades como bailar, caminar, trotar, practicar yoga, taichí, ejercicios aeróbicos mixtos y entrenamiento de fuerza, son los que mejor evidencia tienen en el impacto como tratamiento antidepresivo”, destaca el psiquiatra.
Sin embargo, tanto el estudio como el experto consultado son enfáticos en que no es hacer actividad física por hacerla, pues se requiere evaluación y seguimiento.
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“Primero, es importante que exista una prescripción del ejercicio. Segundo, que existan unos mecanismos de adaptar esa actividad física a la persona. Tercero, que existen una recomendación en que una persona debería realizar actividad física por lo menos 45 minutos 3 veces a la semana, pero además que a la persona le guste, que no sea una actividad forzada”, puntualiza Diego Francisco Vargas, psiquiatra de la Clínica Monserrat.
Por ello hay quienes denominan el ejercicio como un antidepresivo natural, pues es una herramienta más y muy eficaz frente a condiciones frecuentes como la depresión y la ansiedad.