Los médicos militares de Sri Lanka extrajeron lo que ahora se registra como el cálculo renal más grande del mundo y que tenía un soldado retirado de 62 años, informó el Ejército este miércoles 14 de junio.
La piedra extraída del exsargento Canistus Coonge pesaba 801 gramos (28,25 onzas), más de cinco veces el peso de un riñón masculino promedio, señaló la autoridad castrense.
El cálculo renal de Coonge medía 13,37 centímetros (5,26 pulgadas) de largo, en comparación con un riñón promedio que mide entre 10 y 12 centímetros de largo.
"La extracción del cálculo renal más grande y pesado del mundo a través de una cirugía mayor ocurrió el 1 de junio en el Hospital del Ejército de Colombo", dijo el Ejército en un comunicado.
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El exsargento Coonge reveló a la televisión local Swarnavahini que tenía un dolor abdominal desde el año 2020 y que la medicación oral no le había ayudado con su mal. "Me dijeron que me sometiera a una cirugía después de una exploración reciente", indicó. "Me siento normal ahora", agregó.
El caso de Sri Lanka superó el cálculo renal más grande registrado previamente de 620 gramos de un paciente en Pakistán en 2008, según el Guinness World Records.
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Las autoridades informaron de esta piedra el miércoles 14 de junio después de que Guinness World Records lo reconociera.
"Lo más importante para nosotros es que el riñón funcione normalmente a pesar de este cálculo renal", aseguró el cirujano militar K. Sutharshan.
Los cálculos son depósitos que se forman cuando los minerales y las sales se cristalizan en el riñón a medida que filtra la sangre. Pasar las piedras puede causar un dolor insoportable, que requiere cirugía si son demasiado grandes y se atascan.
Los avances científicos han permitido que los médicos puedan realizar intervenciones que salvan vidas, como la que se llevó a cabo en Italia a un bebé de tres meses que padecía mielomeningocele, una condición en la cual los huesos de la columna no se cierran totalmente, lo que también puede causar dificultad para respirar.
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Con instrumentos especiales, pudieron cerrar el orificio en la base del cráneo del menor de edad. Planeaban operarlo a los ocho meses, pero la respiración del niño empeoraba y, para evitar una traqueotomía, tuvieron que tomar una decisión de urgencia.