Hace unos días, la actriz Jennifer Aniston dijo que ojalá alguien le hubiera dicho que podía congelar sus óvulos para después tener hijos. Hacía referencia a las modernas técnicas que detienen el reloj biológico para conseguir ese sueño. Noticias Caracol conversó con Kenny Rodríguez Wallberg, una colombiana que es autoridad mundial en preservación de la fertilidad.
Y es que cuando se trata de tener hijos la biología no funciona igual para hombres y mujeres.
“En la mujer tiene un límite que está determinado por la edad. Tiene que ver con la pérdida de los óvulos, son muchos en la niña y empiezan a disminuir y se acaban a los 50 años. No va a haber más. Pero los hombres no tienen esta misma presión, un hombre puede ser padre a una edad más avanzada y la biología hace que los espermatozoides se produzcan diariamente toda la vida”, explica la experta.
Adicionalmente, son muchas las situaciones en las que la fertilidad de la mujer puede verse amenazada: una de ellas es el cáncer y su agresivo tratamiento. La quimioterapia daña la función de los ovarios.
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Fue así, buscando una solución para estas mujeres, que surgieron técnicas para la preservación de la fertilidad. Son intervenciones médicas y quirúrgicas que buscan básicamente congelar células y tejido reproductivo para ser usado en el futuro.
“Con los métodos que tenemos en este momento de crioconservación, a las células no les pasa absolutamente nada cuando están congeladas. Es como si el tiempo se detuviera en ellas y las podemos utilizar dentro de 20 años, 50 años o dentro de 100 años”, indica la doctora Rodríguez Wallberg.
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Han sido tan exitosas estas técnicas que ya no solo se usan en mujeres jóvenes que van a ser tratadas de cáncer, también en casos de mujeres con enfermedades reumatológicas o autoinmunes, como el lupus, con alteraciones genéticas que afecten prematuramente la fertilidad e incluso se usan en menores de edad y en hombres. Además, hace más o menos 10 años también se convirtieron en una alternativa para mujeres que desean postergar la maternidad.
“Es importante para esas mujeres tal vez tener la posibilidad de congelar los óvulos cuando están jóvenes y usarlos más adelante”, señala la científica.
La ginecóloga y obstetra colombiana Kenny Rodríguez es pionera y autoridad mundial en preservación de la fertilidad. Ha vivido el cambio e impacto que estas intervenciones han tenido y recuerda especialmente un caso que fue noticia internacional.
“Una de nuestras pacientes, que muy joven sufrió un cáncer y tuvo que ser tratada. Entonces hicimos una cirugía muy rápida, muy segura, mínimamente invasiva y recuperas un ovario y congelamos el tejido ovárico para ella, para el futuro. Después pasaron muchísimos años, ella se curó de su enfermedad y regresó con la intención de usar su tejido ovárico para poder tener un bebé”, recuerda la experta en fertilidad.
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Le trasplantaron el tejido ovárico, obtuvieron óvulos que pudieron fecundar en el laboratorio y, aunque las probabilidades de éxito no eran altas, se convirtió en un bebé milagro. Este fue el primer caso de un bebé nacido con un trasplante de tejido ovárico en el 2013.
Además, la ginecóloga reveló cómo se ha ido avanzando y ahora también se hace diagnóstico genético preimplantatorio. Son pruebas a los embriones antes de ser implantados, por ejemplo, en esas mujeres que congelaron sus óvulos para tratar un cáncer.
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“Pueden tener el beneficio de hacer el tratamiento y de tener un bebé que no tenga el riesgo de la enfermedad en el futuro”, señala Rodríguez.
La científica también revela en qué está trabajando en este momento. “Estoy investigando algo muy interesante y es estudiar si podemos preservar la fertilidad con una inyección que se puede dar durante el tratamiento de la quimioterapia; es un tratamiento hormonal”, dice ella.
Los logros hasta ahora sorprenden, pero es emocionante escucharla hablar sobre lo que viene.
“Yo creo que el futuro va a ser que, tal vez, en lugar de trasplantar tejido ovárico lo podamos hacer funcional en el laboratorio y podamos de ahí obtener los óvulos ya maduros y los podamos tratar con fertilización in vitro”, revela.
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Amanecerá y veremos, lo cierto es que esta científica colombiana seguirá trabajando, como lo ha hecho desde el principio, para que el sueño de tener un hijo esté al alcance de muchos.
“Yo quería trabajar en medicina reproductiva en Colombia, en ese momento no había cómo lograr esa educación, solamente estaba afuera y pues había que ir a buscarla donde estaba”, recuerda la doctora Rodríguez Wallberg.
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Por eso fue a Europa y allí se quedó, con la universidad del Instituto Karolinska en Suecia. Ya son más de 20 años dedicando la mitad de su tiempo a ver pacientes y otro 50%, a investigar.
“Me siento muy orgullosa de ser colombiana. Me siento muy agradecida de haber tenido una educación con muy alto nivel, porque mi educación en Colombia fue lo que me permitió lo lograr el lugar que tengo hoy en este momento en Suecia”, indica la doctora.